Ciudad de México.- La Iglesia católica mexicana ha hecho un llamado a las autoridades federales para que se haga "un esfuerzo mayúsculo y proporcional en el gasto público, principalmente de la Federación, que es quien ha centralizado los recursos, para reconvertir los centros escolares públicos y privados, en espacios en donde la comunidad educativa pueda organizarse, colaborar y responder a los desafíos más básicos"; lo anterior frente al nuevo ciclo escolar por iniciar y que sería el segundo interrumpido por la pandemia de COVID-19.
Los obispos mexicanos, representados por la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el titular de la Dimensión Episcopal de Pastoral Educativa y de Cultura afirman que, tanto la sociedad como el gobierno, están "llamados a responder con vigor al complejo momento que vivimos. La educación es la piedra angular de todo proyecto de nación".
A través de una carta-mensaje, los obispos católicos aseguran que México atraviesa una emergencia educativa, sanitaria, económica y social que requiere "toda la fuerza del Estado" y "un verdadero Estado Social, que resguarde y promueva en primer lugar, la educación, la salud, la seguridad y el bienestar de los más pequeños".
Los pastores afirman que, la pandemia y la crisis económica derivada ha provocado una "catástrofe educativa de dimensiones globales, que puede dejar fuera del sistema educativo a más de 250 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en todo el mundo"; y, ante ese panorama, piden a la sociedad mexicana sumarse al Pacto Educativo Global convocado por el papa Francisco:
"Por ello, proponemos con urgente apremio, considerar al sector educativo como prioritario dentro de la política nacional, gestionando conjuntamente un trabajo corresponsable, estratégico y solidario, que ordene las prioridades de nuestro entramado social, económico y político", exhorta el episcopado mexicano.
Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM; junto a Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa, enumeraron siete de estas prioridades entre las que destaca la elaboración de un Programa Estratégico General para el Regreso Presencial a la Comunidad Educativa; la vacunación abierta a toda la sociedad civil organizada; el incremento en el gasto público de la federación para escuelas públicas y privadas; la organización solidaria de empresarios, industriales, comerciantes y profesionistas para garantizar internet y apoyo en red para centros educativos; la generacion de un 'Pacto Educativo Local'; inversión en estructura pre-escolar e inversión en tecnología educativa.
Los obispos piden a las autoridades educativas y a la sociedad en general que ponga especial atención "a las dolorosas situaciones de inequidad, articulando una respuesta gradual y solidaria para todos, y que reincorpore a los más de tres millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han quedado fuera del Sistema Educativo Nacional".
El exhorto a los entes de gobierno y de la sociedad civil tiene por objetivo que el 'Pacto Educativo' logre la reapertura de los centros educativos: "La escuela debe estar abierta a actividades presenciales, en la amplia gama de interacción que puede ir desde las asesorías personalizadas y el uso de internet hasta sesiones con el escalonamiento debido, según el protocolo de bioseguridad, para estructurar grupos adecuados en tamaño, a cada situación... Es momento de que ganen los niños. Finalmente, nuestros jóvenes requieren mucha atención para insertarlos con suficientes habilidades para un empleo digno, tanto aquellos que están en el sistema formal, como los que están fuera de él. La educación nos convoca a todos, sin excepción. El presente y futuro de México puede cambiar, si colocamos a la educación formal y no formal en el centro de nuestra preocupación nacional. La educación, no debe ser un instrumento de ideologización, ni tampoco un botín para favorecer a un gremio, sino que es la acción más noble y auténtica que puede tener el ser humano con sus semejantes".
Finalmente, el episcopado mexicano también hace un llamado a las comunidades religiosas dedicadas a la educación y los que lideran proyectos diocesanos educativos: "Los llamamos a vivir en la esperanza, la fe y la caridad. Que su presencia sea bálsamo para muchas personas, que su tesón sea fuente de creatividad, generosidad y compasión. Sabemos de su esfuerzo, que aplaudimos y agradecemos. El Señor les recompensará al ciento por uno".