Ciudad de México.- La tragedia ocurrida en la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua, no es un caso aislado y es producto de las condiciones de las estaciones migratorias "que en realidad operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular", denunciaron los obispos católicos de México.
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, firmó un comunicado en el que expresa el dolor de la Iglesia mexicana por la muerte de 39 migrantes y su preocupación por los 29 personas heridas por el incendio ocurrido el 28 de marzo.
Los obispos del país aseguran que, los hechos trágicos están relacionados "con con lo sucedido en 2020 cuando una persona nacional de Guatemala perdiera la vida en la Estación Migratoria de Tenosique, Tabasco, así como los hechos en la Estación de Piedras Negras, Coahuila en 2022".
Explican que las causas de los eventos fueron "el hacinamiento, la sobrepoblación y las condiciones infrahumanas a las que son sometidas las personas en contexto de movilidad, son causa de las numerosas detenciones que realiza el Instituto Nacional de Migración (INM) como resultado de políticas migratorias de contención enfocadas en la seguridad nacional, mas no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes".
Recuerdan que la Iglesia mexicana acompaña a las personas migrantes, refugiadas, víctimas de trata de personas, deportadas y en situación de desplazamiento forzado interno, y afirman que mantendrán "su compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad".
Por ello, ofrecieron acompañamiento pastoral y espiritual a los familiares de los fallecidos "es para todas y todos, en donde no importa el lugar de origen, nacionalidad, idioma o situación migratoria. Todas y todos, somos hijas e hijos de un mismo Dios".
En nombre del episcopado, el comunicado firmado por el presdiente de la CEM considera que la sociedad mexicana no debe permitir que el tránsito de migrantes por México "se convierta en un calvario para quienes dejan su familia y país, en búsqueda de una vida mejor".
Finalmente, los obispos de México hicieron un llamado a las autoridades para que dejen de criminalizar a las personas migrantes pues: "No son albergues, son Estaciones Migratorias que en realidad operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular. Como Iglesia, nos mantendremos siempre al lado de quienes más sufren, de los excluidos, de los pobres y de las personas más necesitadas".