Ciudad de México.— Al presentar en México su mensaje en torno al "Pacto Educativo Global: una respuesta a la crisis cultural, antropológica y ética en este cambio de época", el Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, centró su reflexión en los desafíos que enfrenta la humanidad en el ámbito de la educación, así como de una propuesta para la promoción integral de la persona humana y la sociedad, a través de la cultura del cuidado y la participación de todos.
Organizado por la Dimensión de Pastoral Educativa de la Conferencia del Episcopado Mexicano, así como la Arquidiócesis Primada de México, el evento celebrado en el Auditorio de Plaza Mariana, de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe ha sido una oportunidad de encuentro, diálogo, escucha e intercambio entre más de cuatrocientos agentes de la pastoral educativa, cultural, universitaria y del deporte, así como de representantes de organismos civiles y empresariales, de todo el País.
El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, Mons. Francisco Javier Acero Pérez, fue el encargado de presentar algunos rasgos biográficos del Señor Cardenal, puntualizando datos personales, grados académicos, servicio pastoral en su diócesis, en la Conferencia Episcopal de Portugal, así como su paso como Bibliotecario y Responsable del Archivo de la Santa Sede, entre otros. Finalmente, presentó algunos títulos de sus múltiples obras académicas, poéticas y ensayos.
A los presentes, el cardenal De Mendonça propuso considerar que “la educación no debe limitarse a enseñar a los jóvenes a caminar por los caminos rutinarios de la vida, sino que debe inspirarles a volar, a explorar nuevos horizontes y a hacer realidad sus sueños más bellos e indómitos”.
Dijo que ante la tentación de “sólo transmitir técnicas y conocimientos”, los centros educativos deben enfocarse en “construir personas, alimentar la curiosidad, el amor por la tradición y también fomentar la innovación, la creatividad y cultivar el coraje de ser uno mismo”.
En un contexto marcado por transformaciones profundas en los valores y principios de la sociedad, definido como ‘Cambio de Época’, este encuentro busca promover un compromiso común que permita reconfigurar la educación desde una perspectiva integral, centrada en el ser humano y su dignidad.
“Nuestra tarea como educadores es grande. Nosotros somos custodios de un saber muy particular, único, que es el saber de asistir al nacimiento espiritual de los seres humanos. Algo que acontece no sólo una vez al inicio de nuestra vida terrena sino que el verbo nacer, nosotros lo conjugamos siempre. En el mundo educativo, sabemos que es el verbo más frecuente para nosotros: proporcionar a las nuevas generaciones las alas que necesitan para volar, y soplar en ellas el espíritu para que pueda emprender el apasionante vuelo de la esperanza”.
El encuentro, enmarcado por espacios de diálogo e interacción, el cardenal Tolentino de Mendonça enfatizó la importancia de la educación como un instrumento transformador en la sociedad actual: “La educación es el ambiente vital y el preciso instrumento que puede cambiar la realidad y dar un nuevo inicio a la sociedad”, declaró.
El purpurado hizo un llamado a los educadores católicos a asumir su tarea como “custodios” de las nuevas generaciones debido a cierto “triunfo de una visión de absurdo donde la vida no tiene un sentido, [donde] la verdad desaparece y sólo queda el vacío, el triunfo de la irracionalidad”.
En un mensaje dirigido a los jóvenes mexicanos, quienes representan el 30% de la población, exhortó a las instituciones educativas a ofrecerles verdaderas perspectivas de vida y futuro, y destacó la necesidad de fomentar una educación que abrace tanto la tradición como la innovación.
Reiteró que México cuenta con un recurso invaluable: su gente joven y vibrante, ávida de oportunidades y conocimiento: “México es una sociedad con muchos recursos; y el mejor que tienen es su gente, su pueblo”.
Dijo que los recursos culturales y espirituales, junto a una “envidiable tradición cultural” son grandes valores de la nación mexicana y destacó el activo de México fincado en su juventud:
“Con una edad promedio de 27 años, la población mexicana es joven y representa una de las más pujantes y prometedoras de todo el continente. Además, esta población joven busca estar cada vez más educada, y gracias a una mejora general del acceso a la educación superior y a iniciativas para promover la formación profesional y técnica, se ubica en un nivel por arriba de la media. Esto también afirma la importancia de la escuela técnica profesional, que hoy está siendo redescubierta como un instrumento de promoción muy importante para nuestras sociedades”.
En este sentido, dijo que el Pacto Educativo Global, es una oportunidad única para que México avance hacia una educación que “privilegie a las nuevas generaciones, escuchándolas y atendiéndolas”.
Aclaró que el Pacto Educativo “es un camino sapiencial, pues nos muestra el arte de vivir. Puede traducirse en un currículo, pero no solo. Debe traducirse en un estilo, en un modo de ser escuela católica, universidad católica, en un modo de habitar la cultura, de hacer los diálogos culturales, un humanismo cristiano, es esto el espíritu del Pacto Educativo Global”.
Asimismo, reconoció que el mundo enfrenta una serie de crisis interconectadas, marcadas por la fragmentación social, la aceleración tecnológica y la proliferación de desinformación. Sin embargo, hizo un llamado a no sucumbir al pesimismo, afirmando que “no estamos en una agonía, sino en un parto”, lo que implica que este periodo de crisis es, en realidad, una oportunidad para la gestación de un nuevo inicio, impulsado por la educación.
Subrayó que “México es una sociedad rica en historia y oportunidades”, y que, pese a los desafíos contemporáneos, el país tiene el potencial de ser un referente en el cambio de época al que se refiere el Papa Francisco en el Pacto Global Educativo.
Destacó que el Pacto Educativo Global es un camino hacia una "fraternidad universal" y una "cultura del encuentro", dos pilares que guían la iniciativa del Papa Francisco. Invitó a todas las instituciones educativas a unirse en esta misión de construir un futuro para mejor a las nuevas generaciones, recordando que la educación es “un acto de esperanza”.
Uno de los puntos más importantes que destacó fue la atención especial que debe darse a los jóvenes y su formación integral, no solo en términos académicos, sino también en lo humano y espiritual. Puntualizó: “No tengan miedo de embarcarse en la fascinante aventura de educar, ofreciendo a los jóvenes verdaderas perspectivas de vida y futuro”.
Asimismo, recalcó el rol fundamental de las familias en este proceso educativo, instando a fortalecer el pacto de confianza entre padres, escuelas y la comunidad educativa en general.
El Cardenal Tolentinode Mendonça enfatizó la necesidad de una educación que forme no solo en conocimientos, sino en humanidad. “Educar no es solo transmitir técnicas o conocimientos, sino construir personas, alimentar la curiosidad, el amor por la tradición y fomentar la innovación y la creatividad”, afirmó.
Educación y cultura, binomio irrompible: Presidente de la CEM
En su saludo e intervención durante el Encuentro, Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado (CEM), destacó la relevancia de la educación como un eje fundamental en la vida de la Iglesia: "Nos une una visión en común de la educación, para seguir caminando en la ruta de los retos que nos marca", señaló.
“El binomio educación y cultura no puede romperse: La educación forma parte de ese caminar, de ir tejiendo la sociedad, de ir cultivando los valores del Evangelio. Y todo cultivo se enfrenta a las inclemencias del tiempo. Los campesinos, por ejemplo, pueden tal vez tener un pronóstico del tiempo pero nunca la seguridad de que va a ser como lo dice el pronóstico; siempre es una aventura. No depende sólo de uno, depende de muchos; pero sobre todo, depende de Dios”, dijo el arzobispo.
Mons. Cabrera subrayó que la educación y la cultura son inseparables, y que ambas deben estar orientadas por los valores del Evangelio. "Es tiempo de trabajar y caminar juntos, nuestras diferencias deben ser ocasión para crear algo más bello".
Finalmente, Mons. Alfonso Cortés Contreras, arzobispo emérito de León y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM, agradeció al Cardenal de Mendonça por su visión profunda y sensible de México y América Latina. Destacó el compromiso de la Iglesia mexicana en participar activamente en el Pacto Educativo Global promovido por el Papa Francisco, trabajando en unidad y diálogo desde la riqueza de cada vocación:
“Ciertamente, México no es actualmente la ‘región más transparente’; pero sí tenemos una reserva profunda de humanidad; los mexicanos y los latinoamericanos, en su inmensa mayoría, tiene ojos, mirada de gente buena”, concluyó.