Ciudad de México.- El pasado 15 de junio, Cáritas Mexicana cumplió 47 años de fomentar y organizar la pastoral social en el país; para la celebración, se realizó un conversatorio con parte del equipo de trabajo para reconocer los avances y los desafíos de la acción social de la Iglesia católica entre la ciudadanía y sus comunidades.
En el conversatorio, el arzobispo de Yucatán y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS-Cáritas), Gustavo Rodríguez Vega, consideró pertinente insistir en la identidad y la misión concreta de la institución:
“Cáritas quiere ser un puente entre la caridad que Dios inspira en las personas y los hermanos más necesitados”.
Rodríguez recordó que la naturaleza de Cáritas es la eclesialidad, desde sus orígenes en Alemania hasta su convocatoria internacional por el Papa tras la Segunda Guerra Mundial. El arzobispo lamentó experiencias de Cáritas sin esa identidad: “En los lugares donde ha perdido su dimensión eclesial, se ha convertido -cuando mucho- en una asociación de beneficencia o, por el contrario, ha desviado totalmente su finalidad como un negocio personal”.
El sacerdote Camilo Daniel Pérez, quien fuera secretario de la comisión, recordó los cimientos de la Pastoral Social en México con el padre Pedro Velázquez y el camino del magisterio en la Doctrina Social de la Iglesia. Reconoció que en el andar de la institución se ha quitado la idea de que la caridad es sólo limosna o de carácter asistencial: “Cáritas ha perfilado su identidad no sólo en la reflexión sino en la acción, como el amor misericordioso de Dios que exige en la justicia, la paz y el respeto a los derechos humanos. Cáritas ha logrado que la caridad no sólo sea asistencial sino promocional, liberadora y de aceptación fraterna”.
Por su parte, Mariana Gómez Álvarez Icaza, teóloga y defensora de derechos humanos, pidió reflexionar en esta parte fundamental de la Pastoral Social: “Acompañar desde la realidad de pobreza de tantas personas que ha sido grave y que podría recrudecerse en los próximos meses”.
Destacó el pasado mensaje del papa Francisco exhortando a la preparación de la jornada mundial por los pobres: “Tender la mano como signo de proximidad, solidaridad y amor… en estos meses en que el mundo vive grandes cambios, Cáritas tiene una misión en ser animadora y promotora de la dimensión solidaria de la fe”.
La religiosa Luz Angélica Arenas, miembro de CEPS-Cáritas, reflexionó sobre la identidad de la institución al servicio de las diócesis y comunidades mexicanas. Planteó la necesidad de mejorar la comunión, transversalidad y sinodalidad en las dimensiones internas de la Comisión de Pastoral Social, para responder con una mirada más amplia a los desafíos actuales de la sociedad: “Hacia afuera tenemos aún el reto de asumir compromisos para el desarrollo humano integral de las personas y los pueblos”.
Alberto Arciniega quien desde que hace 17 años colabora con CEPS-Cáritas Mexicana, asumió un recurrente para hacer llegar la información y las actividades de la Pastoral Social a las parroquias y comunidades concretas del país.
Finalmente, el sacerdote Rogelio Narváez, actual secretario ejecutivo de la CEPS-Cáritas, recordó su trabajo en Cáritas los últimos tres años en los que se ha tenido que actuar ante terremotos, violencia, desplazados, migración y coronavirus: "Es tiempo de ser solidarios, no estar solos ni aislados; es tiempo de la participación", concluyó.