Madrid, España.- En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el presidente del colegio de obispos y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, advirtió que la desigualdad social acentuada por la pandemia es una preocupación central de los católicos y para la cual, la política debe recordar su misión de servicio y no sucumbir a los intereses partidistas o de imposición ideológica.
El cardenal Omella centró su mensaje a la Iglesia española en la "realidad social y el rol de la Iglesia en la sociedad" en su discurso de apertura de Asamblea Plenaria, que desde este lunes 20 y hasta el viernes 23 de abril, se realiza en la sede del episcopado en Madrid.
El purpurado destacó que las líneas de acción pastoral de la CEE para el quinquenio 2021-2025, tienen como objetivo que la Iglesia en España, tanto en su presencia social como en su organización interna, en su misión y en su vida, se ponga en marcha hacia el Reino prometido, en salida misionera, en camino evangelizador.
Sobre el aspecto social, recordó el cardenal, la Iglesia debe ver y compartir el sufrimiento de la humanidad: "No podemos cerrar los ojos ni los oídos a sus reclamos". Pues, afirmó, las consecuencias de la pandemia han obligado a vivir a las familias bajo el régimen del temor y la incertidumbre, y que ha socavado el tejido vivo de la sociedad a todos los niveles.
"Muchos creen que todo volverá a ser lo mismo cuando pase la pandemia. Y lo cierto es que no va a ser lo mismo", afirmó Omella y dijo que la pandemia ha acentuado los efectos de la crisis económica del 2008 que ahora ha dejado en desempleo a casi cuatro millones de españoles más los 8.5 millones de personas que ya se encontraban en exclusión social antes de la pandemia y que ahora han visto agravada su situación.
El arzobispo de Barcelona afirmó que el reto actual de la política en Europa debe atender el "creciente y grave problema de la desigualdad social" y recordó a los líderes políticos que su misión es servir al prójimo y no conseguir "sus intereses partidistas o su imposición ideológica aprovechándose de la actual crisis humanitaria y social".
"No es momento para disputas inertes entre partidos políticos, no es tiempo para soluciones fáciles y populistas a problemas graves, no es el momento de defender intereses particulares. Ahora es el momento para la verdadera política, que sume a todas las partes y que trabaje para el bien común de toda la sociedad y el fortalecimiento y credibilidad de las instituciones en las que se asienta nuestro sistema democrático", enfatizó.
En este sentido, el presidente del episcopado aseguró que la Iglesia continuará a hacer todo lo que esté a su alcance para promover las reformas necesarias y resaltó el trabajo de Cáritas y de la amplia red capilar de instituciones y comunidades cristianas, que han estado atentas y han respondido con dedicación y compromiso a la emergencia.
"Somos conscientes de que no nos podemos quedar en el asistencialismo de emergencia; la deuda social con los más desfavorecidos incluye su promoción como personas", reconoció.
Finalmente, el cardenal recordó que "la Iglesia no es una empresa, ni un partido político, ni un grupo de presión social, ni un lobby de poder, ni se identifica con ninguna ideología de este mundo". Y, sin embargo, aclaró que la Iglesia tiene la misión de sostener la esperanza, ser signo de unidad, tender puentes, romper muros y sembrar reconciliación, por lo tanto, no puede “como querrían algunos” apartarse diálogo social, cultural y político. (Con información Vatican News)