Berlin, Alemania.- Un colectivo que agrupa a más de un centenar de fieles católicos alemanes ha hecho pública su orientación, identidad y autopercepción no-heterosexual para solicitar una actitud más abierta por parte de la Iglesia a la que pertenecen.
El lunes 24 de enero, el colectivo presentó la iniciativa '#OutInChurch', un movimiento al interior de la institución católica que busca promover "una Iglesia sin miedo" ante las realidades identitarias, sexuales y emocionales de los católicos no-heterosexuales; de manera que estas personas puedan vivir y trabajar abiertamente en la Iglesia.
El colectivo está integrado por sacerdotes y fieles laicos que ya laboran en distintos espacios de la Iglesia católica: parroquias, oficinas, servicios humanitarios, fundaciones y más; entre sus peticiones no sólo está el cambio de legislación laboral en la Iglesia para que la orientación sexual no sea motivo de despido.
Entre sus demandas también se encuentra una actitud más abierta ante la homosexualidad; en la declaración publicado el pasado lunes, por ejemplo, el colectivo demandó el fin de la "discriminación y exclusión" que han experimentado.
"Ya no quiero ocultar mi identidad sexual", afirma Uwe Grau, sacerdote de la diócesis de Rottemburgo-Stuttgart, en la página de la organización.
"Somos parte de la Iglesia, somos Iglesia", añade Rafaela Soden, empleada de la pastoral que atiende jóvenes adultos: "Siempre hemos sido Iglesia. Ahora es tiempo finalmente de dejar claro que existimos y evidenciar qué maravilloso y diverso es el Cuerpo de Cristo, el cuerpo de la Iglesia".
El colectivo también aboga por el libre acceso a las vocaciones pastorales y solicitan que se termine cierto "doble estándar y deshonestidad" dentro de la Iglesia respecto a las personas no-heterosexuales.
"Tener una relación o una unión civil no-heterosexual no debería ser considerado como una ruptura con la lealtad y, en consecuencia, un obstáculo para ser empleado por la Iglesia o un motivo para su separación", afirman.
Actualmente, la Iglesia católica universal abraza y pide la no discriminación de las personas homosexuales; sin embargo, sigue considerando pecaminosos los actos sexuales fuera del sagrado sacramento matrimonial y, claramente, los actos sexuales entre personas del mismo sexo. Incluso, el propio papa Francisco ha llamado la atención respecto a la actitud de misericordia y compasión ante las personas homosexuales: "Si una persona es gay y busca honestamente al Señor, ¿quién soy yo para juzgarle?', afirmó en 2013. El Papa también ha mostrado cierta tolerancia a las garantías sociales que pueden dar las uniones civiles o de convivencia entre personas del mismo sexo; pero ha aclarado que esto sólo es útil desde un marco legislativo mundano y no en la sacralidad del matrimonio.
Es decir, el propio pontífice ha mantenido en todo momento la enseñanza de la Iglesia respecto al matrimonio, el cual se identifica exclusivamente como la unión entre un hombre y una mujer abiertos a la posibilidad de la vida y la procreación.
Todavía más, el papa Francisco ha denunciado modelos 'ideológicos' o de 'teorías de género' que rechazan la natural diferencia entre un hombre y una mujer; así como la manipulación política respecto a la complementariedad que sólo puede ofrecer la alianza matrimonial tradicional.
Actualmente, la Iglesia alemana representa una comunidad extensa y amplia en la nación europea, cuenta con más de 2.5 millones de fieles y sus obras proveen auxilio social, humanitario y educativo en casi todos los rincones del mundo a través de las iglesias locales.