Ciudad del Vaticano.- Apenas unas horas después de que fuera liberada por el grupo yihadista vinculado a Al-Qaeda, la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez fue saludada por el papa Francisco antes de la misa de apertura del proceso del Sínodo de Obispos el pasado domingo 10 de octubre.
La monja llegó a Roma la noche del sábado y participó de la Eucaristía del domingo celebrada por el pontífice argentino. Narváez fue secuestrada en Mali el 7 de febrero del 2017 por Al-Qaeda en el Magreb; junto a ella el grupo extremista también privó de su libertad a cura Gigi Maccalli, religioso de la Sociedad de Misiones Africanas, y otros fieles occidentales.
Finalmente, tras cuatro años, ocho meses y dos días de cautiverio, la religiosa Narváez de 59 años recuperó su libertad gracias a las negociaciones diplomáticas. Ella misma había escrito en 2018 al papa Francisco con un conmovedor y desesperado mensaje desde su cautiverio: "Por favor, haga hasta lo imposible por liberarme".
La religiosa fue secuestrada por cuatro hombres armados en la parroquia de Karangasso, en la frontera entre Malí y Burkina Faso, a 400 kilómetros al este de Bamako, donde la hermana Gloria era misionera desde hacía seis años junto con otras tres religiosas. Tras su secuestro, la organización Al-Qaeda reivindicó los atroces actos aunque también se habló de que los culpables fueron otra organización yihadista radical.
Finalmente, en el corazón de la Basílica de San Pedro, el papa Francisco caminó hacia ella para saludarla junto a las monjas de su congregación y otros fieles laicos colombianos; al finalizar el encuentro, el delegado de comunicación del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), Óscar Elizalde Prada -también colombiano- saludó a la religiosa y obtuvo algunas de las primeras impresiones de la hermana Narváez ya en libertad.
"Enseguida le pregunté cómo estaba y me narró el sufrimiento de muchas religiosas que han vivido el drama del secuestro como ella. Su voz se entrecortaba: 'Las deormaron mucho, las amordazaron', narró. No me habló de su sufrimiento sino del de otras hermanas que han corrido con peor suerte", relata Elizalde
La hermana Gloria, originaria de Pasto, en el suroeste de Colombia, es miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, una congregación de origen suizo fundada en 1893 y presente en 17 países. El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mario de Jesús Álvarez Gómez, expresó también su inmensa alegría por su liberación, así como la presidencia de Malí, que rindió homenaje a la valentía de la hermana Narváez.
(Con información VidaNueva y VaticanNews)