Ciudad del Vaticano.- Con la presencia de miles de fieles y decenas de delegados de las conferencias episcopales de todo el mundo, el papa Francisco ha dado el banderazo de salida al largo proceso de preparación rumbo al Sínodo de Obispos sobre la Sinodalidad que se celebrará formalmente en Roma en 2023.
El Papa celebró la Misa de Apertura de este proceso y también presidió el momento de reflexión que han dado inicio en Sínodo que lleva por tema "Una Iglesia sinodal: comunión participación y misión". El proceso es un largo itinerario de tres años que involucrará trabajo en las diócesis locales, en mesas de trabajo continental y finalmente, desde Roma, una perspectiva global.
"Hacer sínodo significa caminar juntos en la misma dirección. Miremos a Jesús, que en primer lugar encontró en el camino al hombre rico, después escuchó sus preguntas y finalmente lo ayudó a discernir qué tenía que hacer para heredar la vida eterna", dijo el pontífice en la celebración a la que acudieron cardenales, delegados de conferencias episcopales, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos.
El Papa insistió que el proceso sinodal debe realizarse siempre bajo "el encuentro, la escucha y el discernimiento".
A los presentes, les preguntó si en la actitud de 'encuentro' con el pueblo, los ministros y fieles verdaderamente encarnan el estilo de Dios: "¿Que camina en la historia y comparte las vicisitudes de la humanidad? ¿Estamos dispuestos a la aventura del camino o, temerosos ante lo incierto, preferimos refugiarnos en las excusas del no hace falta o del siempre se ha hecho así?"
"Hoy el Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las preguntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación. Y también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone delante. No insonoricemos el corazón, no nos blindemos dentro de nuestras certezas. Escuchémonos".
Finalmente, en su reflexión, Francisco pidió que el Sínodo no sea sólo una gran convención eclesial o una especie de conferencia de estudios o congreso político; también pidió que el Sínodo no sea un parlamento "sino un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu".
Y para realizar dicho proceso de curación, el papa Francisco pidió a los miembros de la Iglesia a vaciarse "a liberarnos de lo que es mundano, y también de nuestras cerrazones y de nuestros modelos pastorales repetitivos; a interrogarnos sobre lo que Dios nos quiere decir en este tiempo y en qué dirección quiere orientarnos".
(Con información VaticanNews)