Ciudad del Vaticano.- Una de las promesas del papa Francisco ante la comunidad gitana en Eslovaquia en septiembre pasado fue trabajar a favor de la inclusión de estas comunidades dispersas en varias naciones europeas; por ello, este fin de semana, el pontífice ha facilitado la creación de un equipo de fútbol de miembros del Vaticano y migrantes para participar en un partidos amistosos que promuevan la fraternidad y la integración mientras se combaten los prejuicios.
El equipo del Papa se denomina 'Fratelli Tutti' (Todos hermanos, que es también el título de su más reciente encíclica social del pontífice); y en su primera gesta se ha enfrentado al equipo de la Organización Mundial de Gitanos en las instalaciones del campo de entrenamiento del Club de Futbol Lazio de Roma; encuentro que fue arbitrado por Ciro Immobile, estrella del equipo.
En el campo de juego se hicieron presentes sacerdotes, gendarmes de la Guardia Suiza, trabajadres de El Vaticano, tres migrantes y un joven futbolista atleta paralímpico para enfrentar a la escuadra de gitanos en Croacia.
Las informaciones periodísticas entorno al partido explicaron que "sin importar el resultado", el espectáculo ha logrado lo mismo recaudar fondos para promover la inclusión social que hacer reflexionar a la sociedad que, a través del deporte, se puede fomentar la convivencia entre personas que no comparten ni los mismos orígenes o pertenecen a diferentes etnias.
El encuentro concluyó 7 goles contra 7, y el club Lazio calificó el partido como "una bellísima jornada de deporte e inclusión".
🤝 Termina una bellissima giornata di sport ed inclusione a Formello! #CMonEagles 🦅 pic.twitter.com/kvyOYCB2PR
— S.S.Lazio (@OfficialSSLazio) November 21, 2021
Deporte e inclusión fueron los elementos centrales detrás de la creación de este 'equipo pontificio'. El propio cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de Cultura, aseguró que el 'futbol tiene una dimensión ética que debe ser valorada': "El Papa ha dispuesto que este dicasterio de cultura tome este esfuerzo por una razón que no es simplemente pastoral sino estructural. Porque la cultura, por su propia naturaleza, abraza una dimensión fundamental del ser y del existir humano que es propia del juego. Deseamos que este deporte conserve su dimensión de nobleza, su dimensión ética; y aquí es donde entra el tema de la comunión en la diversidad".