Ciudad del Vaticano.- Durante su viaje de retorno a Roma tras su visita apostólica a Chipre y Grecia, el papa Francisco explicó el sentido de dos mensajes ofrecidos durante su gira: el valor de la democracia y el papel de la cristiandad en el futuro de Europa frente a intentos de 'colonialismos ideológicos'.
Interrogado por los periodistas acreditados en el vuelo papal, Francisco comenzó refiriéndose al documento de la Unión Europea que plantea exigir a las naciones y gobiernos que la integran, cambiar la expresión 'Feliz Navidad' por 'Felices Fiestas': "Es un anacronismo. En la historia, muchas, muchas dictaduras han intentado hacerlo. Piensa en Napoleón: a partir de ahí... Piensa en la dictadura nazi, en la comunista... es una moda de un laicismo aguado, agua destilada... Pero esto es algo que no funcionó durante la historia".
El pontífice arremetió con dureza contra la propuesta de los líderes europeos pues, sin dejar de querer los días de guardar por la Natividad de Jesucristo, plantean borrar todo rastro de mensaje cristiano en la fiesta que celebra justamente el nacimiento del Redentor y sustituirlo por 'ideologías de laicismo diluído':
"Esto me hace pensar en algo, hablando de la Unión Europea, que creo que es necesario: la Unión Europea debe asumir los ideales de los padres fundadores, que eran ideales de unidad, de grandeza, y tener cuidado de no dar paso a las colonizaciones ideológicas. Esto podría acabar dividiendo a los países y hacer fracasar a la Unión Europea. La Unión Europea debe respetar a cada país tal y como está estructurado en su interior. La variedad de países, y no querer uniformar. Yo creo que no lo hará, no era su intención, pero tener cuidado, porque a veces vienen, y lanzan proyectos como éste y no saben qué hacer, no sé me viene en mente... No, cada país tiene su peculiaridad, pero cada país está abierto a los demás. Unión Europea: su soberanía, la soberanía de los hermanos en una unidad que respeta la singularidad de cada país. Y estar atentos a no ser vehículos de colonizaciones ideológicas".
Más adelante, el Papa explicó el sentido de sus propias palabras en Grecia sobre que la democracia retrocede en el mundo, sobre todo en Europa. Francisco explicó:
"La democracia es un tesoro, un tesoro de civilización, y debe ser custodiado. Y no sólo custodiado por una entidad superior, sino custodiado entre los mismos países, hay que custodiar la democracia de los demás".
Francisco detalló que hay dos peligros para la democracia: Un populismo "que empieza a mostrar las uñas" y cierto 'imperio supranacional' que dicta el comportamiento económico, cultural y social de los demás países.
"Pienso en un gran populismo del siglo pasado, el nazismo, que fue un populismo que defendiendo los valores nacionales, así lo decía, logró aniquilar la vida democrática, incluso la vida misma con la muerte de las personas, convirtiéndose en una cruenta dictadura... tengamos cuidado de que los gobiernos no resbalen por este camino del populismo, de los llamados políticamente populismos, que no tienen nada que ver con el popularismo, que son la libre expresión de los pueblos, que se manifiestan con su identidad, su folklore, sus valores, su arte.... El populismo es una cosa, el popularismo es otra".
Sobre el otro fenómeno antidemocrático, el Papa señala: "Se debilita la democracia cuando se sacrifican los valores nacionales, se diluyen hacia un 'imperio', una especie de gobierno supranacional, y esto es algo que debe hacernos reflexionar... El amo del mundo, que sueña con un futuro en el que un gobierno internacional con medidas económicas y políticas gobierna a todos los demás países, y cuando se tiene este tipo de gobierno, explica, se pierde la libertad y se intenta conseguir la igualdad entre todos; esto ocurre cuando hay una superpotencia que dicta el comportamiento económico, cultural y social a los demás países".
Para el pontífice, los pueblos del mundo no deben caer ni en populismos "donde el pueblo se dice el pueblo, pero no es el pueblo, sino una dictadura de 'nosotros y no los otros'... ni caer en diluir nuestras identidades en un gobierno internacional
Finalmente se explicó sobre todo respecto a sus palabras entorno a la migración: "Diré esto sobre la gente que impide la migración o cierra las fronteras. Ahora está de moda hacer muros o alambradas o incluso el alambre con concertinas (los españoles saben lo que significa). Es habitual hacer estas cosas para evitar el acceso... Lo primero que diría es: piensa en el tiempo en que tú eras un migrante y no te dejaban entrar. Tú fuiste quien quiso escapar de tu tierra y ahora eres tú quien quiere construir muros. Esto hace bien. Porque los que construyen muros pierden el sentido de la historia, de su propia historia. De cuando eran esclavos de otro país".
Explicó que su interés no es decir cuántos migrantes debe recibir cada país pues ese el derecho de cada gobierno; sin embargo, apuntó: "Los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados".
Al respecto, propuso que el diálogo bilateral entre naciones debe apoyar la posibilidad de recibir a cierto número de migrantes: "Porque puede hacer que haya armonía entre todos los gobiernos para la distribución de los migrantes".