Ciudad del Vaticano.- Sin eufemismos, el cardenal prefecto para la Congregación de los Obispos, Marc Oullet, reconoció que durante mucho tiempo se prefirió proteger a la institución católica mediante el ecubrimiento de comportamientos criminales: "Estamos todos desgarrados y humillados por estas cuestiones cruciales que nos afectan cada día como miembros de la Iglesia"
Oullet, el máximo responsable del dicasterio pontificio encargado del nombramiento de obispos en el mundo, participó en un coloquio inaugurado por el papa Francisco y en el primer día de lamentó explícitamente que "comportamientos criminales hayan sido por tanto tiempo encubiertos para proteger a la institución", en alusión a la crisis que atraviesa la Iglesia católica por los abusos sexuales cometidos por ministros de culto.
En su alocución, orientada a reflexionar sobre la esencia y misión sacerdotal, Oullet no dejó de reflexionar sobre el "drama de los abusos sexuales cometidos por clérigos" aunque también habló sobre la dimensión teológica, pastoral e institucional del orden sagrado y preguntó: "¿Deberíamos entonces abstenernos de hablar del sacerdocio cuando los pecados y los crímenes cometidos por ministros indignos ocupan la primera plana de la prensa internacional?"
El encuentro teológico-sacerdotal se realizará a lo largo de tres jornadas; contó con unas palabras inaugurales del papa Francisco quien habló de las "columnas constitutivas de la vida sacerdotal" que denominó "cuatro cercanías".
No obstante, el cardenal Oullet insistió a los ministros, obispos, sacerdotes y laicos participantes en el encuentro sobre la "oportunidad para expresar nuestro más sincero pesar y pedir nuevamente perdón a las víctimas que han visto sus vidas destruidas por un comportamiento criminal, que ha sido encubierto por tanto tiempo y tratado a la ligera para proteger a la institución y a los culpables en lugar de a los víctimas... Este simposio toma nota del clamor y la ira del pueblo de Dios, por lo que estamos aquí para unir nuestras voces a las de aquellos que claman por verdad y justicia", confesó.
Por su parte, el papa Francisco reflexionó sobre el "don del celibato" en los sacerdotes y explicó que esta decisión "debe ser vivida como santificación" puesto que "requiere relaciones sociales sanas":
"Sin amigos y sin oración, el celibato puede convertirse en una carga insoportable y en un testimonio contrario a la belleza misma del sacerdocio", advirtió.