Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco recordó que la mayor reforma de la Iglesia es “adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor”.
Durante la conclusión de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco pidió luchar contra las idolatrías: “Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios”.
El pontífice señaló que la adoración es la primera respuesta que se puede ofrecer al amor gratuito, al amor sorprendente de Dios.
“Por eso el amor al Señor en la Escritura con frecuencia está asociado a la lucha contra toda idolatría. Quien adora a Dios rechaza a los ídolos porque Dios libera, mientras que los ídolos esclavizan, nos engañan y nunca realizan aquello que prometen, porque son obra de las manos de los hombres”.
En ese sentido, alertó del riesgo de las idolatrías mundanas y las disfrazadas de espiritualidad. Por ello, sugirió ser una Iglesia adoradora y de servicio que lava los pies a la humanidad herida, que acompaña el camino de los frágiles, los débiles y los descartados, que sale con ternura al encuentro de los más pobres
Incluso, el Papa Francisco señaló que aunque realmente existan muchas ideas hermosas para reformar la Iglesia, la mayor e incesante reforma es “adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor”.
Finalmente, se pronunció por ser una Iglesia con las puertas abiertas y no dejar solas a las víctimas de las atrocidades de la guerra, a los migrantes, a quienes se encuentran solos y en condiciones de pobreza, en quienes están aplastados por el peso de la vida y en quienes no tienen más lágrimas ni voz.