Ciudad del Vaticano.- Mientras el mundo entero observa con asombro y temor los cielos del Medio Oriente salpicados por bombardeos y defensas áreas, el papa León XIV ha puesto en la mesa la preocupación por otros rincones de la Tierra donde la guerra y los conflictos provocan masacres en silencio y lejos de los intereses de espectacularidad o filiación geopolítica de los grandes medios de comunicación.
Durante el rezo del Ángelus, del 15 de junio, el Papa destacó tres regiones en profunda crisis de los cuales se habla poco: el prolongado conflicto y drama humanitario por el golpe de Estado y el terremoto en Myanmar, las masacres ético-religiosas en Nigeria y el conflicto político-militar en Sudán del Sur.
El Papa elevó oraciones para terminar con la guerra civil provocada por las distintas autoridades militares étnicas contra el régimen militar golpista y cuya búsqueda de dominación de territorios y poblaciones deja daños incluso en infraestructuras civiles en Myanmar, donde además no se dan abasto para auxiliar a la gente en extrema condición de pobreza, precariedad y vulnerabilidad provocadas por el conflicto bélico y por el terremoto de hace unos meses: "Invito a todas las partes a emprender el camino del diálogo inclusivo, el único que puede conducir a una solución pacífica y estable", dijo el pontífice.
Masacre en Nigeria, despreciada por los grandes medios
León XIV también hizo eco de la gravedad de la situación de conflicto étnico-religioso en Nigeria. Destacó que en la noche del 13 al 14 de junio, en la ciudad de Yelwata, en el estado de Benue, "se produjo una terrible masacre en la que unas doscientas personas fueron asesinadas con extrema crueldad, la mayoría de ellas desplazados internos acogidos por la misión católica local".
Los relatos de las misiones humanitarias son dramáticos: "Los militantes masacraron a hasta 200 cristianos... atacando a familias desplazadas, prendiendo fuego a sus edificios mientras dormían en el interior y atacando con machetazos a cualquiera que intentara huir", refirió la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El clero local dijo que más temprano esa misma tarde del 13 de junio, la policía había repelido a los atacantes cuando intentaban tomar por asalto la Iglesia de San José de Yelewata, donde dormían hasta 700 desplazados internos. Pero los militantes se dirigieron luego a la plaza del mercado de la ciudad, donde, según se informa, utilizaron combustible para prender fuego a las puertas de los alojamientos de los desplazados, antes de abrir fuego en una zona donde dormían más de 500 personas.
Mientras los medios de comunicación se enfocan en la lluvia de misiles entre Irán e Israel; las masacres en Nigeria apenas son mencionadas en la prensa internacional. Sin embargo, el párroco de la localidad, Ukuma Jonathan Angbianbee, describió cómo él y otros desplazados internos escaparon por poco de la muerte y su estupor cuando salió a la plaza del mercado al finalizar el asalto:
"Lo que vi fue realmente espantoso. La gente fue masacrada. Había cadáveres esparcidos por todas partes". Otro informe de la Oficina para la Justicia, el Desarrollo y la Paz reveló lo observado por sus representantes internacionales: "Era una monstruosidad, un espectáculo que nadie podía contemplar... Algunos cuerpos quedaron quemados hasta quedar irreconocibles: bebés, niños, madres y padres simplemente desparecidos".
La crisis humanitaria está además por agravarse toda vez que las familias refugiadas originalmente en Yelewata, se han visto nuevamente forzadas a desplazarse hacia el desierto y muchos se habían refugiado en las cercanías de Daudu y Abagena. Por ello, el papa León XIV externó en el Ángelus: "Rezo para que la seguridad, la justicia y la paz prevalezcan en Nigeria, un país querido y tan afectado por diversas formas de violencia. Y rezo especialmente por las comunidades cristianas rurales del estado de Benue, que son víctimas incesantes de la violencia".
Sudán del Sur, guerra intestina
El Papa también puso en sus oraciones a la gente de la República del Sudán donde se estiman más de 14 mil víctimas mortales del conflicto interno y más de 10 millones de familias desplazadas. La guerra intestina en Sudán se deriva de las movilizaciones bélicas de las Fuerzas Armadas de Sudán contra las Fuerzas de Apoyo Rápido y viceversa. La escalada de un conflicto añejo comenzó en la capital Jartum el 15 de abril del 2023 cuando las otrora fuerzas paramilitares creadas por el presidente Omar Al Bashir, para reprimir rebeliones étnicas y religiosas en Darfur, entraron en una lucha de poder contra las fuerzas armadas del ejército 'central'.
Algunos poblados reprimidos por las Fuerzas de Apoyo Rápido vieron la oportunidad de devolver ahora con las Fuerzas Armadas actos de venganza que tienen además cariz de limpieza étnica. Entre los ataques mutuos y acciones bélicas, el pasado 13 de junio, el sacerdote Luka Jomo, párroco de El Fasher, cayó víctima de una metralla generada por los bombardeos.
Según el relato de la diócesis de El Obeid, a las 3 de la madrugada del 13 de junio en El Fasher "una metralla de los bombardeos" terminó con la vida del religioso "que lo ha matado a él y a otros dos jóvenes. Unámonos en oración y pidamos a Dios Padre que sus almas descansen en paz".
El Fasher, capital de Darfur del Norte, es considerada el último reducto de las Fuerzas Armadas Sudanesas en la región, controlada casi en su totalidad por las rivales Fuerzas de Apoyo Rápido del general Mohamed Hamdan 'Hemedti' Dagalo, que bombardean continuamente la ciudad. El sacerdote Jomo ha sido víctima de estos bombardeos, y no por ser el objetivo de un asesinato selectivo sino como una más de las víctimas colaterales de este conflicto.
Después del Ángelus del domingo 15 de junio, el papa León XIV también quiso expresar su cercanía a “la República de Sudán, devastada por la violencia desde hace ya más de dos años”. Luego el papa ha añadido: “Me ha llegado la triste noticia de la muerte del sacerdote Luke Jomo, párroco de El Fasher, víctima de un bombardeo. Mientras aseguro mis oraciones por él y por todas las víctimas, renuevo el llamamiento a los combatientes para que se detengan, protejan a los civiles y emprendan un diálogo por la paz. Exhorto a la comunidad internacional a intensificar sus esfuerzos para proporcionar al menos la asistencia esencial a la población, gravemente afectada por la crisis humanitaria”.
El Papa también envió su renovado clamor por la paz en Oriente Medio, en Ucrania y en todo el mundo.