Ciudad del Vaticano.- Desde su primer mensaje al mundo, el papa León XIV ha manifestado su interés por compartir la doctrina de la paz en nuestro tiempo: en sus discursos y audiencias ha venido explicando la dimensión teológica y social de la paz, tras el rezo del Ángelus dominical ha reiterado diversos llamados urgentes al diálogo y al cese de hostilidades; y, finalmente, ante el hórrido despliegue del armamentismo supersónico ofensivo y defensivo en los bombardeos entre Israel e Irán, el Papa ha criticado duramente al "encanto de las armas".
A lo largo de sus intervenciones públicas, el papa León XIV ha tejido una sólida arquitectura conceptual sobre la paz, definiéndola como un "don activo" que exige compromiso personal y colectivo.
Al mismo tiempo hace llamados al cese de hostilidades en escenarios bélicos como Ucrania, Gaza, Nigeria, Myanmar, Sudán, Israel e Irán. Sus palabras, pronunciadas ante audiencias diversas —desde organizaciones populares hasta el cuerpo diplomático—, revelan un enfoque que combina urgencia humanitaria, profundidad teológica y compromiso político.
Rechazo a la normalización de la guerra
En su audiencia general del 18 de junio, el pontífice mostró especial preocupación por la crueldad de los conflictos actuales:
"¡No debemos acostumbrarnos a la guerra! Hay que rechazar como una tentación el encanto de las armas poderosas y sofisticadas [...] emplear en la guerra armas científicas de todo género lleva a una barbarie que supera enormemente la de tiempos pasados".
Citando al Concilio Vaticano II y a su predecesor Francisco, sentenció: "La guerra es siempre una derrota", y recordó la máxima de Pío XII: "Nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra".
Paz como 'bien indivisible'
El 30 de mayo pasado, ante los representantes de movimientos y organizaciones populares, León XIV subrayó que la paz auténtica "toma forma a partir de la realidad (territorios, comunidades, instituciones locales)" y requiere procesos largos, alejados de la "rapidez e inmediatez" contemporáneas. Retomando a Juan Pablo II, insistió en que la paz es "un bien indivisible: o es de todos o no es de nadie", y solo florece con "una determinación firme y perseverante de comprometerse por el bien común".
El Papa también ha hecho una crítica mordaz a las visiones que consideran la paz como "mera ausencia de guerra"; en su discurso al cuerpo diplomático de la Santa Sede, León XIV cuestionó dicha visión reduccionista:
"Muchas veces consideramos paz como una palabra 'negativa', como la mera ausencia de guerra [...] pareciera una simple tregua, brasas que arden bajo cenizas, prontas a reavivarse".
Frente a esto, propuso una paz "activa, apasionante", basada en el don cristiano ("Les doy mi paz" como recoge el Evangelio según san Juan) pero extendida a "todos, independientemente de procedencia cultural o religiosa".
Este enfoque exige "trabajo sobre uno mismo": "La paz se construye en el corazón [...] arrancando el orgullo [...] midiendo el lenguaje, porque también se puede herir y matar con las palabras".
El rol de la política y la comunicación
Dirigiéndose a los representantes de las Iglesias orientales, el pontífice ofreció a la Santa Sede como mediadora de los diversos conflictos actiivos en el orbe y en sus localidades:
"La Santa Sede está a disposición para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos [...] ¡Encontremos, dialoguemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable [...] Pasarán a la historia quienes siembran la paz, no quienes cosechan víctimas".
En ese encuentro definió la paz como "reconciliación, perdón, valentía para pasar página", rechazando las "visiones maniqueas [...] que dividen el mundo entre buenos y malos".
Además de sus declaraciones, el servicio a favor de la paz que el papa León XIV ha desarrollado involucra diálogo en altos niveles de gobiernos y, cuando ha sido necesario, incluso él mismo ha intervenido a través de llamadas telefónicas directas con líderes internacionales como en la llamada con Vladimir Putin, presidente de Rusia, mientras se han cumplido cuatro años de la invasión rusa en Ucrania derivada de las presiones armamentistas y bélicas patrocinadas por la OTAN en las fronteras del gigante euroasiático.
También en un discurso ante los medios de comunicación que reportaron al mundo su elección como Sumo Pontífice les hizo una petición y una advertencia: sobre la "guerra de las palabras" y vinculó la construcción de paz con el ejercicio de la comunicación y el periodismo:
"La paz comienza por cada uno de nosotros [...] en el modo en que miramos, escuchamos y hablamos de los demás. Debemos decir 'no' a la guerra de las palabras y de las imágenes, rechazar el paradigma de la guerra".
Los acentos de la propuesta de paz en León XIV
Son varias las aportaciones que ha hecho al momento el pontífice Prévost a la búsqueda de paz en el mundo contemporáneo:
- Motivar el desarme cultural: Pues la paz es como un antídoto contra la "barbarie" tecnificada.
- Aprovechar las raíces locales para construir la paz: El trabajo por la paz se realiza especialmente desde los territorios y las comunidades, no desde macroestructuras del poder y del dinero.
- Optar por un lenguaje no violento: León XIV, al igual que su predecesor Francisco considera que las palabras son instrumentos de vida o muerte.
- Favorecer el diálogo sin exclusiones: El propio pontífice ha sugerido que la Santa Sede sea puente entre enemigos.
- Fortalecer una espiritualidad práctica de paz: El Papa recuerda con insistencia que el trabajo por la paz es un "trabajo sobre uno mismo".
Mucho se ha dicho que las primeras palabras en su primer saludo como Sumo Pontífice resumen su misión y su preocupación ante la "tercera guerra mundial a pedazos" como la alertó el papa Francisco. El Papa Prévost saludó con "¡La paz esté con ustedes! Esta es la paz de Cristo resucitado: una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante". Con lo que se confirman las cualidades de la petición de paz que viene de lo alto y la construcción de paz que se realiza desde el corazón personal y en la labor comunitaria a través del diálogo y el desarme del lenguaje y la cultura.