Ciudad del Vaticano.- Durante la Audiencia General de este miércoles 20 de mayo, el papa Francisco recordó que todos los cristianos "son portadores de alegría" y que "los hombres y las mujeres que rezan saben que la esperanza es más fuerte que el desánimo. Creen que el amor es más poderoso que la muerte, y que seguramente un día triunfará, aunque los tiempos y las formas no lo conocemos".
La audiencia general, realizada en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico junto a los prelados que leyeron su catequesis en diversos idiomas, ha continuado con el ciclo dedicado a la oración que el Santo Padre ha aportado en sus catequesis:
“La primera página de la Biblia se parece a un gran himno de acción de gracias. La narración de la Creación es cantada rítmicamente, donde es continuamente reafirmada la bondad y la belleza de todo lo que existe. Dios, con su palabra, llama a la vida, y todas las cosas acceden a la existencia. Con la palabra, separa la luz de la oscuridad, alterna el día y la noche, varía las estaciones, abre una paleta de colores con la variedad de plantas y animales".
Para el pontífice, esta lectura recuerda que la Creación es como un bosque desbordante que rápidamente derrota al caos: "Por último aparece el hombre. Y esta aparición provoca un exceso de exaltación que amplifica la satisfacción y el gozo: Dios vio lo que había hecho, y vio que era muy bueno".
Francisco explicó que el misterio de la creación lleva a la contemplación de Dios, lo que mueve a la oración, tal como lo afirma el Salmo 8 que expresa su grandeza y belleza, ante la cual el ser humano percibe su pequeñez, pero también el lugar especial que ocupa en ella; porque, aunque por naturaleza sea insignificante comparado con la grandiosidad de todo lo creado, posee sin embargo una dignidad sorprendente, que surge de su relación filial con Dios.
"El orante contempla el misterio de la existencia a su alrededor, ve el cielo estrellado sobre él – que la astrofísica nos muestran hoy en día en toda su inmensidad – y se pregunta qué diseño de amor debe haber detrás de una obra tan poderosa".
Tras destacar que el relato de la creación habla de la bondad y la hermosura de todo lo que el Señor hizo con el poder de su Palabra, Francisco dijo que no es fruto "de una ciega casualidad, sino de un plan amoroso que Él tiene para sus hijos". De ahí que "cuando el hombre mira extasiado la creación, toma conciencia de que él es la única criatura capaz de reconocer la belleza que encierra la obra divina y, ante tanto esplendor, eleva al Creador su oración de agradecimiento y de alabanza por el regalo de la existencia".
"Por naturaleza somos casi nada, pero por vocación somos los hijos del gran Rey".
Tras los saludos en diferentes idiomas, el papa Francisco envió un mensaje especial: "Dirijo un pensamiento especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados. Jesucristo, al ascender al cielo, deja un mensaje y un programa para toda la Iglesia: Vayan y enseñen a todas las naciones... enseñándoles a observar todo lo que les he mandado. Que sea su ideal y su compromiso dar a conocer la palabra de salvación de Cristo y dar testimonio de ella en la vida diaria". (Con información de Vatican News)