Buenos Aires, Argentina.- Apenas llegado a la presidencia de la Comisión Nacional Justicia y Paz del Episcopado Argentino, el doctor Humberto Podetti participó en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe realizada en México y pudo reconocer que la Iglesia latinoamericana "es una sola y enorme Patria, comulgando con el magisterio del papa Francisco, que nos llama: La Patria Grande".
La Comisión Nacional de Justicia y Paz argentina está integrada por laicos cuya misión es promover "el desarrollo humano integral y el cuidado de la creación" así como "generar políticas públicas, con particular atención a la situación de las personas vulneradas".
A través de una carta, Podetti reconoció la riqueza de la Iglesia latinoamericana, en carismas, culturas, desafíos y experiencias "¡somos una Patria y un pueblo reunidos en el compromiso de construir un mundo nuevo y una nueva sociedad humana!", exclamó el referente del organismo episcopal mayormente integrado por laicos.
Podetti detalló que son las mujeres latinoamericanas quienes buscaron llevar "un decisivo papel" en la Asamblea al señalar "buena parte de los nuevos rumbos que debe tomar nuestra Iglesia".
"Fueron el 67 por ciento de las voces que recibimos durante el proceso de escucha a nuestro pueblo que preside esta Asamblea... y, como ya ocurrió en el Sínodo de la Amazonia, las mujeres animan, fortalecen y orientan en todos los grupos el diálogo y la escucha".
El especialista en diálogo, negociación, promoción social y justicia concluyó que la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe ha abordado con interés "el llevar a la práctica los sueños que Francisco propuso al mundo en Querida Amazonia". Que son: Sueño cultural (proteger riqueza pluricultural), Sueño social (luchar por derechos para todos), Sueño ambiental (la protección del medio ambiente) y Sueño eclesial (ser una Iglesia que dignifique la diversidad y escuche la sabiduría ancestral de los adultos mayores).
Podetti concluyó su mensaje recordando que el papa Francico también ha inspirado una nueva economía que reemplace "la economía global contemporánea que está destruyendo la naturaleza y empobreciendo a buena parte de la humanidad"; y una "nueva política en la que la voz del pueblo sea el único mandato de políticos y gobernantes y una sociedad en la que todos los habitantes del planeta tengan acceso a la tierra, al techo, al trabajo digno, a la educación integral, a la salud, a la tecnología. Libre de trata de personas y esclavitudes, comercio de armas, narcotráfico, corrupción, violencia económica o de cualquier otra naturaleza". (Información AICA)
Carta íntegra de Huberto Podetti, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz (Conferencia del Episcopado Argentino)
Me animo a compartir una muy breve visión de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe al concluir la tercera jornada y haber leído muchas de las esperanzas, dolores, desafío y proposición de orientaciones pastorales de los grupos de trabajo y escuchado los testimonios y reflexiones en las sesiones plenarias.
Estamos viviendo unas jornadas extraordinarias, de escucha, diálogo y discernimiento en común. Mas de 1000 asambleístas -incluidos 70 de Estados Unidos y 40 de Canadá-, ¡con reuniones plenarias de más de 700 latinoamericanos y caribeños trabajando juntos!
¡Cientos de personas -laicos, laicas, sacerdotes, obispos, diáconos, religiosas y religiosos- como miembros pares de una asamblea continental! Con la fuerte intercesión del Espíritu, bajo las muchas advocaciones de María en nuestro continente, con sus apariciones y manifestaciones siempre junto a los humildes, los discriminados, los oprimidos.
Estamos teniendo una percepción directa y común de que somos una sola y enorme Patria, comulgando en el Magisterio de Francisco, que nos llama la Patria Grande. Percibiendo el fruto del maravilloso proceso de inculturación del Evangelio en las grandes civilizaciones y culturas originarias de nuestro continente: ¡somos una Patria y un pueblo reunidos en el compromiso de construir un mundo nuevo y una nueva sociedad humana!
Las mujeres tienen un decisivo papel en este proceso, y están señalando buena parte de los nuevos rumbos que debe tomar nuestra Iglesia. Fueron el 67 % de las voces que recibimos durante el proceso de escucha a nuestro pueblo que preside esta Asamblea. Y, como ya ocurrió en el Sínodo de la Amazonia, las mujeres animan, fortalecen y orientan en todos los grupos el diálogo y la escucha.
¡Alabado sea el Señor! ¡Y bendecidas nuestra Patria Grande y nuestro pueblo latinoamericano y caribeño!