Ciudad del Vaticano.- En una carta dirigida a la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el papa Francisco exhortó a priorizar la dignidad de los migrantes y refugiados, criticando las políticas de deportación masiva y recordando el deber cristiano de acoger a los más vulnerables. El documento, fechado el 10 de febrero, contrasta tanto con la política del presidente Donald J. Trump que parte de considerar como "criminal" a todo migrante indocumentado y con la reciente declaración de su vicepresidente James D. Vance, quien defendió la "enseñanza cristiana" de priorizar el amor propio, la familia y la comunidad antes que a los extranjeros.
El pontífice fundamentó su postura en la doctrina social de la Iglesia, citando el Éxodo bíblico y la experiencia de Jesús como migrante: "El Hijo de Dios, al hacerse hombre, también eligió vivir el drama de la inmigración". Recordó la Constitución apostólica Exsul Familia de 1952 de Pío XII, que presenta a la Sagrada Familia —refugiada en Egipto— como modelo para los migrantes.
Francisco criticó las medidas que vinculan la condición migratoria irregular con la criminalidad, subrayando que muchas personas huyen de "pobreza extrema, inseguridad o persecución". Aunque reconoció el derecho de las naciones a proteger a sus ciudadanos, advirtió que un estado de derecho "se verifica en el trato digno a todos, especialmente a los más pobres". Llamó a "construir puentes, no muros", en alusión a políticas fronterizas restrictivas.
La carta además surge en un contexto político sensible tras las declaraciones de James Vance, quien días atrás afirmó: "Amas a tu familia, y luego amas a tu vecino, y luego amas a tu comunidad, y luego amas a tus conciudadanos en tu propio país. Y después de eso, puedes enfocarte y priorizar el resto del mundo" y aseguró que se trata de una enseñanza cristiana proveniente del Ordo Amoris de San Agustín de Hipona. Esta postura, interpretada como un respaldo tácito a medidas migratorias estrictas, ha generado debate sobre su alineación con las enseñanzas católicas.
El Papa abordó indirectamente este tipo de narrativas al señalar: "El amor cristiano no es una expansión concéntrica de intereses [...] La persona humana es un sujeto con dignidad que madura en relación con los más pobres". Citó la parábola del buen samaritano para enfatizar una fraternidad "sin excepción", en clara contraposición a jerarquías de solidaridad.
Este mensaje del Vaticano refuerza sin duda el trabajo de obispos y organizaciones católicas en EE.UU., que históricamente han defendido a migrantes. Sin embargo, al mismo tiempo, plantea un desafío para líderes políticos conservadores para equilibrar la agenda de seguridad nacional con los principios religiosos cristianos.
Carta Íntegra del Papa Francisco a los Obispos de Estados Unidos de América
Mientras grupos proinmigrantes celebran la claridad del Papa, algunos sectores también de creyentes cristianos y más cercanos a la dimensión política trumpista critican su enfoque como "ingenuo" ante las diversas crisis fronterizas. Vance, por su parte, no ha respondido directamente al documento, pero reiteró en un mitin que "proteger a los ciudadanos estadounidenses es un acto de amor cristiano".