Lima, Perú.- En el marco del IV Congreso Latinoamericano del Centro de Protección de Menores (CEPROME), más de medio millar de "apóstoles de la prevención" renovaron su compromiso para no sólo atender a las víctimas de abuso sexual cometido por agentes religiosos sino para que las instituciones católicas cuenten con mecanismos de protección, prevención y acción orientadas a erradicar este flagelo humano. En este contexto, el papa Francisco envió un mensaje a los participantes a quienes les advirtió sobre los riesgos de la inteligencia artificial y les exigió responsabilidad para proteger a menores.
A través de un contundente mensaje, Francisco instó a usuarios, diseñadores y autoridades a asumir responsabilidades en el uso de la inteligencia artificial (IA), especialmente para combatir abusos sexuales y proteger a menores. El evento, inaugurado el pasado 25 de febrero en el Colegio San Agustín de Lima, reunió a más de 500 expertos internacionales en prevención de delitos eclesiales y desafíos tecnológicos.
Los desafíos que plantean las nuevas herramientas tecnológicas a quienes se dedican a impulsar ambientes seguros y protegidos en todos los ámbitos eclesiales son especialmente complejos puesto que "esta tecnología ha invadido la vida cotidiana y entenderla es un reto urgente". Si bien todos los especialistas convocados coincidieron en reconocer los enormes beneficios que la IA trae al mundo, aseguraron que no hay que ser ingenuos, porque trae aparejados muchos peligros, y porque quienes están más expuestos a ellos son los de más corta edad.
El pontífice por su parte criticó la sensación de impunidad generada por internet y potenciada por la IA. Señaló que, aunque las máquinas ejecutan órdenes programadas, los usuarios evaden su responsabilidad al producir o difundir contenidos sintéticos que agreden, roban imágenes o exponen la intimidad. “La máquina sigue nuestras órdenes, no toma decisiones por sí misma”, subrayó, advirtiendo sobre el daño social y la contaminación de entornos digitales con material inadecuado.
Francisco exigió dos acciones clave: dar voz a las víctimas para visibilizar el daño y desmantelar la excusa de esconderse tras la tecnología para evadir culpas. Pidió a diseñadores, usuarios y gobiernos establecer “límites y normas evaluables” para perseguir usos delictivos de la IA. Además, alertó sobre la dificultad de distinguir contenido real del sintético, lo que obstaculiza la protección de víctimas.
María Inés Franck, directora de CEPROME, agradeció al Papa su apoyo “en momentos de fragilidad de salud” y destacó que su mensaje refuerza la creación de una cultura preventiva en la Iglesia. Por su parte, Luis Manuel Ali Herrera, secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, enfatizó la necesidad de cooperación global: “Los retos son tan grandes que no pueden gestionarse de forma aislada”.
Según el sacerdote mexicano Daniel Portillo, teólogo y psicólogo experto en acompañamiento de víctimas, el Papa da en el clavo al apuntar a las responsabilidades individuales, colectivas e institucionales de cara a quien crea y diseña las IA, porque siempre hay alguien tratando de sacar partido. “No es que la IA se mande sola, como señalaba el Papa, sino que también implica la voluntad que uno ejerce en el uso de una aplicación, al dar un clic. Me parece fundamental la idea de hablar de la responsabilidad, y de todo lo que se desmiembra de la cuestión ética a partir del mensaje del Papa”, expresó Portillo.
Alí Herrera, concluyó con una reflexión respecto al trabajo en la Iglesia orientado a combatir las condiciones que favorecen los abusos sexuales: “Los catequistas, el padre de familia, los encargados de la Infancia Misionera o del grupo de acólitos, esos son los apóstoles de la prevención, los primeros que tienen que integrar en los procesos de evangelización el esfuerzo que hacemos. La protección de menores no es una parte departamentalizada de nuestra acción evangelizadora, sino que la asumimos como una buena noticia también: que la Iglesia es un hogar seguro para nuestras niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables”, afirmó.
Cada jornada del IV Congreso de CEPROME dedicó un espacio para orar por la sanación de las víctimas de abuso sexual y para renovar las fuerzas de quienes trabajan en esta ardua misión de la Iglesia. El evento, además, sirvió para crear nuevas redes de colaboración entre los participantes, los que también pudieron asistir a la Expo Buenas Prácticas, una exhibición de stands en que más de 20 organizaciones compartieron sus experiencias y estrategias en el combate contra los abusos. El V Congreso de CEPROME se llevará a cabo en San José de Costa Rica.