Santiago, Chile.- Los obispos católicos de Chile expresaron su dolor y su deseo de paz tras los graves hechos de violencia en las calles de la capital que culminaron con dos iglesias del centro de Santiago de Chile quemadas tras la multitudinaria manifestación que congregó a decenas de miles de personas para conmemorar el primer aniversario de ola de protestas, las más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990).
Los obispos chilenos pidieron "que la violencia no intimide nuestro anhelo de justicia para el país". En un comunicado, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile expresan especial cercanía a quienes han sido víctimas de hechos de violencia y aseguran que la inmensa mayoría de país anhela justicia y medidas eficaces que contribuyan a superar las brechas de desigualdad.

"Llamamos a todos a contribuir, desde sus propios espacios familiares, laborales y sociales, con una reflexión que nos permita tomar suficiente distancia de la irracional violencia y nos acerque a la amistad cívica", es la exhortación de los obispos de Chile tras la destrucción de las iglesias de San Francisco de Borja y la Asunción, una de las más antiguas de la capital.
En el comunicado, que lleva la firma de Santiago Silva Retamales, obispo castrense de Chile y presidente de la Conferencia Episcopal chilena y de Fernando Ramos Pérez, arzobispo de Puerto Montt, secretario general, los prelados constatan que los hechos acaecidos en las últimas horas en la capital y otras ciudades del país, "demuestran que no hay límites para quienes exacerban la violencia”.
“Hemos contemplado con tristeza las agresiones, saqueos y el ataque a lugares de oración, espacios sagrados dedicados a Dios y al servicio solidario de las personas” escriben, manifestando su cercanía las comunidades de las iglesias destruidas, la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y la iglesia institucional de Carabineros de Chile, San Francisco de Borja.
Recordando el plebiscito que se celebrará el domingo 25 de octubre - que iba a celebrarse en abril y fue aplazado por la pandemia y en el que el pueblo chileno decidirá si quiere reemplazar la actual Constitución - monseñor Silva Retamales y monseñor Ramos Pérez aseguran que “la ciudadanía que quiere justicia, probidad, superación de las desigualdades y oportunidades para poder levantarnos como país, no se dejará intimidar por las amenazas de violencia, y concurrirá a cumplir con su responsabilidad cívica”, al tiempo que aseveran:
Los obispos chilenos concluyen remitiéndose a la carta encíclica del Papa Francisco “Fratelli tutti” que llama a cultivar el amor para hacer posible “la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos”.
“Desde esta actitud de fraternidad – aseguran – podremos expresarnos con respeto, participar sin temor en democracia y concurrir a la búsqueda del bien común”.
(Con información VaticanNews)