Ciudad de México.- Luego que el cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera, arzobispo emérito de México, fuera internado en el Hospital Ángeles Mocel para ser tratado por un cuadro de COVID-19 y posteriormente trasladado para atender un agravamiento de su condición que requiere intubación y soporte vital artificial, la Arquidiócesis de México aclaró que el purpurado eligió recibir atención médica privada y no pública como el resto de sacerdotes y obispos.
La Arquidiócesis de México, bajo el comando del cardenal Carlos Aguiar Retes, explicó que sus instituciones sí tienen designada una oficina para el acompañamiento de sacerdotes y obispos durante sus enfermedades y que, incluso, el propio Aguiar Retes designó a un sacerdote para estar "al pendiente de las necesidades de nuestro arzobispo emérito". Esto, por la divulgación de diversos comentarios sobre los diferendos sobre la cobertura de los gastos médicos de un miembro del arzobispado capitalino.
"En los casos que requieran hospitalización -aclara el arzobispado- la atención se brinda a través de los hospitales del sector salud, aquellos privados que están en el convenio establecido por las autoridades gubernamentales y los hospitales temporales... El cardenal Norberto Rivera tomó la decisión de recibir la atención médica en el sector privado".
Sobre esta situación, el exvocero de la Arquidiócesis de México y cercano colaborador del cardenal Rivera, Hugo Valdemar Romero Ascensión detalló en entrevista los pormenores del estado de salud del purpurado Rivera:
"El lunes pasado tuvimos una muy grave preocupación porque, como se dice coloquialmente, hubo un bajón en la saturación respiratoria y un visible daño pulmonar. Así que, francamente, algunos de los que estamos al pendiente sí temimos por su vida. Al punto que un sacerdote fue a darle la unción de enfermos precisamente por la preocupación. Nosotros, desde la fe decimos que milagrosamente después de esa Unción, comenzó a tener una recuperación bastante buena y ayer realmente tuvimos noticias alentadoras. Esamos muy confiados de que pueda salir adelante después del avance significativo que tuvo ayer", dijo Valdemar.
El cardenal Norberto Rivera Carrera, de 78 años, fungió como arzobispo primado de México de 1994 al 2017, ha sido uno de las gestiones pastorales más largas en la historia de la Iglesia de México y fue sucedido por el cardenal Carlos Aguiar Retes el 5 de febrero del 2018.
Respecto al diferendo entre la autoridad eclesiástica de la Arquidiócesis de México y la gente cercana al cardenal Rivera, el sacerdote Hugo Valdemar explicó que si bien comprende la dificultad de contar con recursos económicos para el auxilio de los ministros con enfermedad "siempre hay maneras de poder auxiliar".
Puso como ejemplo el caso del sacerdote José Miguel Machorro, quien falleció después de una prolongada batalla derivada de un artero ataque contra su persona. El ministro no pertenecía a la Arquidiócesis de México (no estaba incardinado) y, sin embargo, se le ofreció toda la ayuda del arzobispado y en colaboración con el gobierno capitalino (incluso se le trasladó vía aérea para su atención especializada en el Hospital Ángeles Mocel).
"Se deben buscar las maneras de solucionar este tipo de problemáticas desde que se dan", considera el exvocero y lamentó que el seguro médico que el Arzobispado de México contrató en enero pasado no cubre COVID: "Es esa situación que tenemos no sólo el cardenal sino todos los sacerdotes de México; porque estamos desprotegidos ante esta situación compleja", acotó Valdemar.
Al respecto, la Arquidiócesis de México explicó en su comunicado: "La decisión de que los obispos y sacerdotes reciban la atención médica por COVID-19 en dichos hospitales (públicos y privados en acuerdo con el Gobierno Federal) la ofrecemos ante la situación económica que vive la Iglesia en todo el país y en comunión y solidaridad con lo que viven miles de mexicanos durante esta pandemia y a los que acompañamos a través de nuestra oración diaria".
Hasta el momento, siete ministros de culto y un obispo auxiliar de la Ciudad de México han perdido la vida por COVID.
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