Mérida, Yucatán.- El creciente fenómeno de descristianización y secularismo en la sociedad mexicana no depende exclusivamente de la Iglesia católica en México sino que existen otros factores que impactan en la actitud social contemporánea, consideró el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, en entrevista con El Diario de Yucatán.
"Antes, la Iglesia era y tenía la última palabra en todo, ahora hay otras realidades sobre todo los medios de comunicación, el cine, la televisión y las redes sociales, que también aportan ideologías y otras formas de pensar distintas a la enseñanza de la Iglesia. Por eso [la disminución de creyentes] no depende de la Iglesia sino de otros factores externos a ella", dijo.
En la entrevista, Rodríguez consideró que hay diversas circunstancias para la descristianización de la sociedad: "no todo tiene que ser culpa de alguien o de algunos", afirmó. Sin embargo, el arzobispo acusó que sí hay fuerzas "muy grandes" de ideologías apoyadas desde la ONU e impulsadas por los gobiernos:
"La gente sabe que seguir esas ideologías, como la de género y de los matrimonios igualitarios, no van de acuerdo con la fe católica, pero la gente entra en dilema y se va alejando de las cosas de la Iglesia y dice ‘ni modo, voy a ser alguien actualizado, alguien moderno, alguien que se abre a las nuevas realidades’, y adoptan otra manera de pensar y de sentir", reflexionó.
Rodríguez Vega aseguró que, a pesar de que aquellas ideologías impulsadas por poderes internacionales o gobiernos particulares, la Iglesia no combatirá directamente contra ellas sino hacer su labor de evangelización:
"A nosotros nos toca actuar bien, evangelizar bien y tener una actitud de respeto para con el mundo: aunque no compartamos esas ideas debemos respetarlas, tenemos que estar siempre abiertos a la misericordia porque no estamos para condenar a nadie, estamos para abrir los brazos a quienes quieran acercarse a Dios nuestro Señor aunque no compartamos sus ideologías, pues hay cosas que deben vigilarse no solamente desde la Iglesia sino también fuera de la Iglesia".
El arzobispo dijo que hay otros espacios en la sociedad que defienden la vida aunque no sean cristianos o católicos: "Hay grupos y personas que no están de acuerdo con los matrimonios igualitarios aunque no sean creyentes. Sobre todo el Gobierno debe saber que no le toca apadrinar un movimiento o una ideología, sino velar por el bien de todos los habitantes".
En concreto, Rodríguez dijo que la Iglesia debe "hacer lo mejor", recordando que la Iglesia no es sólo el cuerpo de ministros de culto sino todos los bautizados: "nos corresponde en todo caso tratar de explicar lo mejor posible las cosas, tratar de evangelizar y permanecer con los brazos abiertos para todo aquel o aquella que regrese arrepentido del mal camino y quiera volver a integrarse a la Iglesia".
A pregunta expresa, el arzobispo pidió a todos los fieles católicos tener una actitud de respeto a las personas no creyentes y a los que se quieran separar de la Iglesia: "Debemos respetarlos, a nadie vamos a condenar y en el momento de que uno que diga ‘no creo’ y luego vuelve a creer será bienvenido, la Iglesia está para abrir los brazos, está para abrir las puertas, no para cerrarlas, está para respetar a todos, no para respetar solamente a algunos".
Aseveró que, aunque los católicos no compartan ciertas ideologías "otra cosa muy distinta es que nosotros odiemos; nosotros no hacemos esto ni guardamos rencor ni resentimiento a nadie, todos son hijos de Dios y los respetamos, son seres humanos y creemos en su dignidad como personas aunque no compartamos sus maneras distintas de pensar".
El arzobispo concluyó que los creyentes católicos deben estar siempre "abiertos al diálogo, abiertos al respeto pero siempre defensores de la familia, siempre defensores de la vida, siempre defensores del derecho de los padres para que ellos sean los que eduquen a los hijos y no ninguna otra autoridad".