Ciudad del Vaticano.- Desde Roma, los obispos mexicanos aseguraron que, frente a la violencia que padece su nación, ya cuentan con una estrategia para enfrentar la dura realidad que padecen millones de familias y, en una reunión con el papa Francisco, aprovecharon para compartir "un poquitito" de la actual situación política que priva en el país.
Los obispos del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) realizaron una visita de una semana a Roma para preparar la próxima visita ad limina de los obispos residenciales en el mes de marzo. En este grupo compacto participó el obispo de Cuernavaca y secretario general de la CEM, Ramón Castro Castro, quien ante los micrófonos de Radio Vaticana compartió un poco del diálogo sostenido con el papa Francisco el viernes 24 de febrero.
"Encontramos al Papa muy bien, de buen humor, como es él. Por supuesto venimos para confirmar nuestra solidaridad y unidad con el Santo Padre... y también para platicarle un poquitito de la realidad político-social en México", dijo Castro.
En la entrevista, el obispo fue cuestionado por el clima de violencia e inseguridad en México y éste respondió que la Iglesia ve como una prioridad pastoral este tema; y señaló que tiene, como eje transversal, la construcción de la paz en el país:
"De las diez ciudades más violentas en el mundo en el 2022, nueve son mexicanas. Es algo como para preocuparse, es bastante alarmante. Por eso queremos ver cómo vamos a responder. Tenemos ya una estrategia con la cual queremos, como pastores, enfrentar esta realidad", adelantó.
Castro aseguró que los pastores católicos en México deben enfrentar una realidad de violencia "bastante pesada" porque entre las razones principales de la descomposición social se encuentra el narcotráfico y la participación del crimen en diferentes aspectos de la vida cotidiana en el país: "La mayoría de los asesinatos que tenemos y que es un promedio de 105 asesinatos por día -que es muchísimo- tienen su raíz en el narcotráfico; en el enfrenamiento entre diferentes mafias que existen y eso trae consecuencias muy graves. Son cientos o miles de familias las que tienen que enfrentar el dolor, la muerte y la venganza. Tenemos 120 mil desaparecidos en México y creo que la raíz principal es esa: el narcotráfico y la presencia de los diferentes carteles que hay en México".
Aseguró que la Iglesia no ha estado indiferente a esta situación y que por ello ha convocado a los Diálogos por la Paz, los cuales son momentos de encuentro en todas las parroquias y grupos apostólicos en el país. Dijo que, después de ello, se planean Foros por la Paz que se celebrarán a nivel de universidades y grupos empresariales; finalmente se espera que el Congreso Nacional por la Paz, a realizarse en septiembre de este año en Puebla, ofrezca más ideas y compromisos para atender el flagelo de la violencia y la descomposición social en México.
"Y ahí hacer unas propuestas muy concretas a la Iglesia y al gobierno como caminos de paz", aseveró.
Castro también compartió el problema del fenómeno migratorio que vive México con los intensos éxodos de migrantes centroamericanos, sudamericanos, antillanos y, recientemente, rusos y ucranianos que huyen de la guerra en el este de Europa. Refirió la experiencia del obispo Jaime Calderón Calderón, de Tapachula, Chiapas, que es frontera con Guatemala y Centroamérica. Castro dijo que esa pequeña localidad, de cerca de 300 mil habitantes, debe enfrentarse a oleadas de millares de migrantes hasta tener que atender a más de 120 mil de ellos en caravanas:
"Ahí nos preguntamos cómo ayudar. Pero también reconocemos algo que poco se dice y es que hay más de 200 casas para migrantes en todo el país. Es algo que sabe la Iglesia, sabe que tiene que ayudar y por eso están allí". Castro reconoció que si bien la inmensa mayoría de migrantes extranjeros busca llegar a los Estados Unidos, otros más finalmente se quedan en territorio mexicano, por ejemplo en Tijuana, donde ya hay más de 5000 haitianos que se han quedado y otros tantos más en otras ciudades mexicanas como Monterrey.
"Ellos siguen teniendo la ilusión del 'sueño americano'; pero nos preocupa lo que tienen que enfrentar en nuestro país, especialmente el crimen organizado, los secuestros, la trata de personas", reveló.
Interrogado también sobre las libertades fundamentales y el cuidado de la dignidad humana en México, Castro Castro fue explícito: "Hemos visto amenazas a la libertad de expresión y a la libertad de religión. La última fue contra los nacimientos; hubo un recurso jurídico para evitar que hubiera nacimientos públicos". Dijo que afortunadamente la reacción del país fue positiva a favor de la libertad religiosa pero aseguró que el episcopado no deja de intentar el tender puentes de diálogo con el gobierno "sin solapar nada, desde la realidad [porque] tenemos frentes comunes, como Iglesia y como gobierno. Y bucamos esos puentes de diálogo".