Ciudad de México.- Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en representación del colegio episcopal, dirigió un mensaje de apoyo y solidaridad a los obispos católicos de California, a las comunidades afectadas por los incendios y al Pueblo de Dios, tras los devastadores siniestros que han causado estragos en la región, particularmente en la Arquidiócesis de Los Ángeles.
En su comunicado, el obispo manifestó el dolor compartido por la destrucción de viviendas, templos parroquiales y espacios comunitarios alcanzados por las llamas.
250110-CEM-Solidaridad con California ante la emergencia
"Nos unimos en oración con todas las comunidades parroquiales afectadas en estos momentos de prueba, agradeciendo al Señor por la preservación de vidas humanas", expresó. Además, dirigió palabras especiales de consuelo a las familias que han perdido espacios fundamentales para su vida de fe.
El mensaje destacó también la situación de las instituciones educativas católicas que se han visto obligadas a cerrar temporalmente, afectando a estudiantes, docentes y personal administrativo. Ante esta emergencia, el obispo Castro extendió su reconocimiento y oraciones por los bomberos y equipos de emergencia que arriesgan sus vidas para proteger a las comunidades.
En un tono reflexivo, el comunicado subrayó la conexión entre la actual crisis y la responsabilidad colectiva en el cuidado del medio ambiente, haciendo un llamado a actuar frente a los efectos del cambio climático, que impactan de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables.
"La emergencia que viven nuestros hermanos californianos nos recuerda nuestra responsabilidad compartida en el cuidado de la Casa Común", afirmó.
Por último, la CEM invitó a las diócesis mexicanas a unirse en oración y, dentro de sus posibilidades, a contribuir con ayuda humanitaria a través de los canales correspondientes. El mensaje concluyó encomendando a las comunidades afectadas a la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, símbolo de unidad y fortaleza para América.
Este llamado se suma a los múltiples gestos de solidaridad internacional hacia las comunidades afectadas en California, reafirmando los lazos fraternos entre las Iglesias de México y Estados Unidos en momentos de adversidad.