Ciudad Valles, SLP.- No inusual, sino especial la ordenación episcopal de Roberto Yenny García, séptimo obispo de Ciudad Valles, así la calificó el arzobispo de Monterrey, Rgelio Cabrera López, durante la homilía en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en una ceremonia a puerta cerrada aunque con extensa presencia de sacerdotes y obispos.
A pesar de que aún no existen las plenas condiciones para el pleno retorno de los fieles en las actividades religiosas multitudinarias, doce obispos mexicanos y medio centenar de invitados (entre los que se encontraban sus familiares, el gobernador de San Luis Potosí y el alcalde de Ciudad Valles) participaron de la consagración e inicio del ministerio episcopal del obispo Roberto Yenny.
"Es la primera vez que tomo las riendas como obispo en tiempos de COVID", bromeó el novel obispo ante sus invitados.
El nuncio apostólico en México, Franco Coppola, entregó las letras pontificias con las que el papa Francisco designa a Yenny García como obispo de Ciudad Valles y, en la ceremonia, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, dirigió la homilía.
"Siguiendo el consejo del papa Francisco, el obispo debe ir delante, en medio y atrás del rebaño”, recomendó Cabrera, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano a quien sirviera en el organismo como secretario de relaciones interinstitucionales del episcopado y acotó: "Servir a la vida, servir a Dios, tener presente ese misterio de vida que es Dios mismo, al Padre creador de todo… tener presente a Cristo, el Redentor, que nos ha querido devolver la vida y quiere que la tengamos en abundancia y el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Ese misterio lo abrazas ahora en tu ministerio".
Un momento significativo para el nuevo obispo y los obispos presentes fue el contexto extraordinario de la ordenación, con las restricciones de sana distancia y las limitaciones de aforo en los templos, con los efectos de la crisis sanitaria y económica que ha dejado una larga cuarentena en la sociedad. Por ello, el arzobispo Cabrera recordó: "Sólo en la humildad reconoces que necesitas de los demás y que los demás requieren de ti, así se hace la Iglesia… Son tiempos difíciles, hoy el mundo vive dividido, la pluralidad, este cambio cultural, nos deja a todos estupefactos, es cuestionada toda autoridad, toda institución y solamente se puede surcar en ese océano de confusión con la humildad de Cristo que te permite conocer límites, que te permite discernir lo mejor para la Iglesia".
Cabrera no fue sutil: "Tenemos una crisis en nuestra Iglesia, el abandono de la eucaristía, de la santa misa. En nuestro país, menos del quince por ciento de los católicos asisten a misa, hay una anorexia espiritual, una falta de apetito del pan de vida. Es necesario animar al pueblo que descubra que en ese pan, hay eternidad ... sin dejar de lado la especial predilección por los pobres y enfermos"
El arzobispo no dejó de lado el momento especial en el que se dio la ordenación episcopal de la tarde de miércoles del 17 de junio en Ciudad Valles en la pandemia del COVID-19 y recordó momentos especiales y duros de la vida de la Iglesia en México: "No es la primera vez que un obispo o un sacerdote reciben el sacramento en condiciones especiales. En casi dos mil años, la Iglesia ha continuado su camino en guerras, en persecuciones, en pestes, en pandemias. Cuánto obispos recibieron su encargo en formas totalmente especiales. Me acuerdo del primero obispo de Tacámbaro donde yo también fui obispo. Él inició su ministerio en la noche, hacia las 10 de la noche, con dos velas encendidas. No es la primera vez que vivimos una pandemia, así es que ánimo y también al pueblo". El arzobispo recordaba lo vivido por el obispo Leopoldo Lara y Torres, ordenado en 1921, en medio de la persecución religiosa en México.