Zamora, Michoacán.- Fuentes eclesiales de las diócesis michoacanas de Zamora y de Apatzingán denunciaron al exfuncionario municipal Sergio Serrato Sierra por usurpación del oficio presbiteral en una parroquia de Paracho, Michoacán, durante casi un mes.
Según relatan medios locales, Serrato es originario del municipio de Apatzingán donde fue jefe del departamento de adquisiciónes de la administración del alcalde José Luis Cruz Lucatero (Morena). Según sus propias redes sociales, Serrato estudió en el Seminario Comboniano de México y por ello conoce el lenguaje y los oficios sacerdotales. Fue así que Serrato fue recibido como 'sacerdote' en una parroquia del municipio de Paracho pertenecientre a la diócesis de Zamora.
La suplantación de oficio sacerdotal o de funciones eclesiásticas no sólo es un delito canónico, punible para los bautizados católicos con la pena 'latae sententiae' de entredicho pero no se descarta la posibilidad de excomunión como decreta el Código de Derecho Canónico 1378; las leyes mexicanas también especifican que las funciones religiosas deben ser realizadas por ministros de culto formalmente registrados ante las autoridades civiles, por ello, también se incurre en delito de fraude.
Según revelan las fuentes eclesiásticas michoacanas, Serrato Sierra permaneció más de 22 días como presbítero en Paracho; cuestionan incluso que tanto la parroquia como la diócesis de Zamora no repararan en la documentación falsa con la que se presume el falso sacerdote se identificó ante la iglesia local.
Los fieles católicos que denuncian a Serrato afirman que el falso sacerdote se presentó ante la parroquia para ofrecer su apoyo ministerial durante las vacaciones de otro religioso que realizaba servicios como Vicario Parroquial. Acusan además que Serrato presidió sacramentos para la feligresía durante casi un mes. Por ello, la diócesis de Zamora, presidida por el obispo Javier Navarro, deberá dar respuesta a los fieles sobre la condición canónica de sus sacramentos y, en su caso, instruir celebaciones de desagravio en el templo o con las personas que fueron engañadas por el falso ministro.
Luego de los escándalos de abuso sexual contra menores en templos católicos, la Iglesia mexicana exigió a obispos, superiores de congregaciones y párrocos a tomar con mucha precaución la recepción de sacerdotes sin que se cuente con una relación formal de sus servicios previos así como una carta y un informe específico del obispo titular de su comunidad o localidad de origen. La denuncia de los fieles sobre el caso de Serrato revela que, si el falso sacerdote pudo oficiar desde el templo parroquial, los mecanismos de verificación de las credenciales eclesiásticas no se aplican con el necesario cuidado.