Aguascalientes, Aguascalientes.- Ante la popularización de los intentos de soborno o presiones económicas a ministros de culto y párrocos para que estos realicen sacramentos o celebraciones litúrgicas, el obispo de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, censuró esta actividad y aseguró que la Iglesia católica tiene derecho a denunciar el intento de "comprar lo sagrado".
Espinoza relató que, a través de intentos de sobornos económicos, se suelen solicitar ceremonias especiales como bautismos, quince años y matrimonios, sin una formación religiosa previa. Pero, además, lamenta que junto a esta actitud, también se critique a los ministros de culto por externar su opinión ante temas importantes para la asociedad.
"No les gusta que la Iglesia hable y que se pronuncie sobre lo que Dios nos pide acerca de la manera como se planifica la familia, sobre las uniones homosexuales, la renta de vientres maternos, no les gusta que la Iglesia hable de las sanas relaciones laborales, que nos invite a convertir nuestra vida cómoda de pecado", dijo en su reflexión homilética.
Lamentó la actitud utilitaria y mercantilista que algunos sectores sociales tienen ante la fe y su expresión social. Por ello, pidió mantener el respeto y el compromiso hacia la fe de la gente; y solicitó que los sacramentos y las ceremonias conserven su profundo significado espiritual "que no puede ser reducido a un trámite social o económico".
"En nuestros días también el mundo sigue persiguiendo la verdad, en muchos países y en muchas de nuestras comunidades se niegan los derechos de Dios y de la Iglesia, y muchos buscan a la Iglesia sólo para solicitar servicios religiosos y ceremonias especiales, bautismos, quince años, primeras comuniones particulares, aniversarios, etcétera, intentando comprar lo sagrado con el soborno del dinero, pero no les gusta que la Iglesia les exija preparación para la recepción de sus sacramentos".
Por ello y pese a las voces que buscan acallar a la Iglesia, Espinoza Jiménez hizo un llamado al clero local a no tener miedo de hablar sobre estos temas tan importantes, resaltando que "una Iglesia miedosa e interesada al lado de los poderosos, no le sirve a Jesucristo".