Cancún, Quintana Roo.- La Prelatura de Cancún-Chetumal -que el próximo 3 de mayo ha programado la ceremonia de erección diocesana- ha divulgado su mensaje para esta Pascua 2020 con la pregunta a los fieles: ¿Qué nos quiere enseñar el Señor con esta pandemia?

La diócesis reflexiona, el Señor nos enseña que somos muy frágiles, que Dios escibe derecho con renglones torcidos y que a los creyentes les toca en medio de la crisis gritar más fuerte.

"Nos demuestra que nuestra condición humana terrestre es muy frágil, muy enfermiza y muy fácil de contraer el contagio de la enfermedad y de la muerte. Somos frágiles, somos mortales y de repente, de nada nos servirá el delirio de nuestra omnipotencia científica y tecnológica. Solo la fe y la confianza en Dios dan sentido a esta condición trágica del ser humano".

La diócesis explica a los creyentes que no sirve cerrar los ojos y dejarse llevar por el frenesí de la frivolidad, de la diversión, del escapismo y la evasión, "eso nunca cambiará la dura realidad de nuestra fragilidad patológica pero real".

En su mensaje también advierte que la búsqueda de Dios no es el castigo sino la advertencia: "Dios siempre saca de los males, bienes. ¿No será que Dios quiere advertirnos una vez más de lo absurdo que es caer en el frenesí de la ambición y de la avaricia?"

Recuperó la triste experiencia de la joven que reflexionó sobre la muerte de su padre víctima de coronavirus: "Somos una familia millonaria, pero mi papá murió sólo y sofocado, buscando algo que es gratis. El aire. El dinero se quedó en casa". Y la iglesia en Cancún reflexiona: "¿No será que Dios nos advierte que no nos dejemos atrapar y engullir por lo accidental, frívolo y pasajero? ¿No quiere que perdamos lo esencial de la vida que es el amor y no el dinero? ¿No será que Dios nos está invitando a ser más solidarios y menos individualistas y egoístas?"

La iglesia del sureste turístico mexicano que en estos momento sufre crisis económica pidió que la feligresía ore por el heroísmo de los agentes de la salud "es un testimonio y un ejemplo para todos y para siempre" y preguntó: "¿Vamos a salir de nuestros hogares a un mundo más pobre de cosas y dinero y más rico en humanidad?"

Finalmente pidió que los creyentes sean solidarios, que alcen su voz a Dios: "Que el Señor escuche el clamor de su pueblo, se apiade de nosotros, perdone nuestros pecados y venga sobre nosotros la paz, la salud y el fin de la pandemia... Que también nosotros levantemos la mirada hacia ti, para que al ser mordidos por esta serpiente del coronavirus no muramos desesperados y tendidos en el desierto, sino que limpios y sanos volvamos a una vida nueva, más santa, más solidaria, más libre de apegos materiales y más cerca de Dios".