Monterrey, N.L.- El arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, acudió a los talleres donde se restaura la monumental efigie de Nuestra Señora de Guadalupe que durante diez años permaneció oculta bajo los escombros del río de Santa Catarina en la ciudad hasta que el paso del huracán Hanna finalmente la hizo emerger.
El propio Carbera comunicó esta visita del 17 de agosto al taller de restauración donde el sacerdote Raúl Mena, director de Arte Sacro de la arquidiócesis, y el obispo Óscar Tamez Villarreal, auxiliar de Monterrey, supervisan las obras que un nutrido equipo de expertos en construcción y restauración realizan una dedicada limpieza de la estuctura.
La escultura que representa los perfiles de la Virgen de Guadalupe, es una estructura de diez toneladas y trece metros de altura. En 2010, durante el paso del huracán Alex, los fuertes vientos y las ráfagas de la tormenta derribaron la imagen que fue arrastrada por el río Santa Catarina.
Las autoridades civiles y eclesiásticas desestimaron un rescate de la imagen debido a la profundidad de las aguas y, posteriormente, por las toneladas de tierra que debían ser removidas para recuperarla de debajo del lecho del río. Esta imagen fue originalmente inaugurada y bendecida sobre la Avenida Constitución de la capital neoleonesa en 1990 con ocasión de la visita del papa Juan Pablo II a la ciudad, de allí su importancia y cariño en la Arquidiócesis de Monterrey.
Visité el taller donde se restaura la imagen de la Virgen de Guadalupe encontrada en el río Santa Catarina. Espero que pronto la podamos tener ya renovada. @arquimty pic.twitter.com/M9ZV0F4AIh
— Mons. Rogelio Cabrera López (@arzobispomty) August 17, 2020
Fue otro fenómeno meteorológico, el huracán Hanna, el que removió buena parte de los sustratos que mantenían oculta la imagen perdida diez años atrás. Los informativos locales reprodujeron la historia del señor Esteban Ramírez quien redescubrió a la Virgen mientras recorría el río de Santa Catarina buscando chatarra.
Una vez ubicada y protegida, la compañía Aceros de Monterrey corrió con los gastos y la operación para el rescate y traslado de la imagen a los talles para la restauración: "Numerosos miembros de la sociedad (empresarios, miembros del Pueblo de Dios) se han acercado al arzobispado para ofrecer su ayuda para sufragar los gastos que haya con respecto al hallazgo, restauración y demás gastos por venir a este respecto. Les agradecemos su apoyo y nos pondremos en contacto para ver la manera en la que pueden sumarse a este proyecto", explicó la Arquidiócesis.
Una vez lista, la imagen será colocada en el mismo sitio donde originalmente fue bendecida por san Juan Pablo II y se prevé que, en su cuerpo se revelen las cicatrices que estos diez años debajo del río local imprimieron en la estructura. Por su parte, la escultura réplica que reemplazó a la original será llevada a la parroquia de Nuestra Señora Reina de México en las inmediaciones del penal de Topo Chico.