Aguililla, Michoacán.- Desde la parroquia de Aguililla, uno de los poblados donde la violencia se expresa de manera más aguda en el país, el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, ha compartido con la feligresía local el mensaje que el papa Francisco envió el pasado 11 de junio para todas las comunidades afligidas por el crimen y la inseguridad.
El obispo Cristóbal visitó la población no sin las dificultades del camino debido a los filtros y los retenes que mantienen intermitente la movilidad en la región; una vez en el pueblo celebró misa con las comunidades religiosas y realizó una procesión y bendición con el Santísimo Sacramento en el exterior del templo.
En la celebración eucarística, el obispo Ascencio pidió al sacerdote Cipriano Sánchez Villanueva, vicario parroquial, leyera el mensaje del papa Francisco a los habitantes de Apatzingán, especialmente a los de los municipios de Tierra Caliente afectados por el crimen:
El contenido íntegro de la misiva desde Roma es el siguiente:
A su excelencia Cristóbal Asencio García, obispo de Apatzingán,
Querido hermano, he tenido noticias de los grandes sufrimientos causados por los violentos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes que afectan a los habitantes de las poblaciones situadas en el territorio de esa Iglesia particular que el Señor ha confiado a tu cuidado pastoral.
El clima de terror y de inseguridad que aflige a la población inerme es contrario a la voluntad de Dios. Él quiere que todos sus hijos e hijas vivan su existencia en un clima seguro, de serenidad y de armonía.
En estos momentos difíciles quisiera hacerme presente y, por medio tuyo también a los hermanos y hermanas del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en Apatzingán, mi participación en sus penas y sus angustias, así como mi oración al Señor Jesús, Príncipe de la Paz, implorando les conceda la paz de Dios que sobrepasa todo el sufrimiento; y la riqueza de los dones del Espíritu Santo para que puedan ir adelante en la vida y Él los ayude a llevar sus cruces y sufrimientos con mansedumbre, fortalezas y paciencia.
Puedo comprender el sentimiento de desánimo y la sensación de impotencia que los abate. Pero recuerden que no están solos, que el Señor es fortaleza y misericordia; que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es madre, atenta y cercana, para todos los que sufren.
Jesús nunca dijo que el camino sería fácil; predijo pruebas y persecución, pero también que no faltarían las consolaciones de Dios. Es de gran consuelo saber que el camino no lo recorremos solos: Jesús camina perennemente a nuestro lado, sobre todo en los momentos de pruebas y de tribulación. Además, Él esta dispuesto a darnos siempre su paz; pero sin olvidar que su paz supone una cruz porque una paz sin la cruz no es la paz de Jesús.
Les exhorto a que confíen en el Señor Jesús, a que no tengan miedo a contrarrestar la violencia que tiene origen en el maligno con el amor, la misericordia y el perdón; que brote del corazón divino del Salvador.
Pido al Señor que convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación y que inspire a los encargados del bien común a comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad así como en la generación de espacios de trabajo digno y útil de la entera sociedad, especialmente a los jóvenes de esta tierra, que les permita salir de condiciones de pobreza y de marginación proyectarse hacia el futuro y no ceder a la tentación de adecuarse al circuito del narcotráfico y de la violencia.
Con estos sentimientos de cercanía fraterna, te acompaño en oración como a todo el santo pueblo de Dios que peregrina en esta nación. Por favor, te pido que reces y hagas rezar por mí, que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide.
Fraternalmente, Francisco
Dado en la Ciudad de Roma, San Juan de Letrán. 11 de junio 2021. Solemnidad Sagrado Corazón de Jesús.