Ciudad de México.- Luego de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvieran a favor de un proyecto que despenaliza el delito de aborto procurado, los obispos católicos de México han expresado su desacuerdo con los criterios que llevaron a los juristas a tomar esta decisión y lanzan un renovado exhorto a la sociedad para que se respete el derecho humano a la vida tanto de la madre como del concebido aún no nacido.
"Los obispos de México, habiendo estudiado el contenido de esta resolución y los argumentos expuestos por varios ministros [...] creemos que los problemas que enfrentan las mujeres y el estatuto jurídico del concebido no nacido son un tema complejo con aristas antropológicas, científicas, filosóficas y éticas que no es posible reducir a una resolución en un asunto judicial".
A través del mensaje "A favor de la mujer y de la vida", los pastores católicos reconocen que sienten "dolor y consternación" ante el clima de polarización ideológica y, por ello "consideramos que es imprescindible que todos los actores sociales nos involucremos en una nueva y profunda reflexión que nos permita encontrar un camino común de solución a un problema multidimensional y multifactorial como el que nos ocupa".
MENSAJE ÍNTEGRO: Conferencia del Episcopado Mexicano-A favor de la mujer y de la vida
El episcopado nacional centra su reflexión en dos principios: el cuidado de las mujeres y la defensa de la vida del no nacido: "La Iglesia conoce lo que pasa por el corazón de las mujeres que luchan contra toda forma de discriminación y violencia, en especial el de aquellas que son víctimas de actos criminales o que se encuentran en situación de vulnerabilidad, desamparo o abandono". Por otra parte, "la Iglesia también debe proteger por todos los medios lícitos al aún no nacido su dignidad fundamental como creación de Dios y asegurar que su derecho a la vida no se condicione, se discrimine o quede sujeto a la voluntad o decisión de un tercero".
En su mensaje afirman que ninguna mujer debe verse orillada "a tomar la dramática decisión de recurrir a la práctica del aborto, situación que en un gran número de casos deja una profunda secuela de dolor". Y comparten la convicción de que la pena de cárcel "no es una solución a la problemática de la mujer que aborta y más bien puede ocasionar su revictimización".
Por lo que, proponen que la sociedad mexicana busque "iniciativas, programas y proyectos que busquen ofrecer los medios necesarios para que las mujeres construyan un proyecto de vida digno, de acuerdo con sus legítimas aspiraciones y se involucren activamente en todos los espacios".
"El corazón de la madre, sufre profundamente cuando sus hijos son lastimados, vulnerados o cargan el peso de una situación dolorosa y difícil. Por su parte, la madre que presencia la muerte de un hijo, sobre todo cuando éste es pequeño y vulnerable, también atraviesa una pena indecible. Con este sentir, lamentamos profundamente que frente a la aparente disyuntiva sobre no criminalizar a la mujer que aborta y preservar la vida del concebido no nacido, la Corte haya optado por descartar al segundo, sin buscar la salvaguarda de ambos".
Los obispos recuerdan que los marcos legales y de derechos humanos internacionales reconoen el derecho a la vida de todas las personas desde su conepción y que, por tanto, "más allá de las consecuencias jurídicas del fondo del fallo, la resolución de la Corte realiza un peligroso y desproporcionado contraste entre el contenido y límites de lo que denomina 'derecho de la mujer a decidir' frente a 'la protección constitucional del nasciturus' (el que va a nacer)".
Y cuestionan a los ministros su aprobación al proyecto: "No es admisible que el análisis conjunto de estos conceptos lleven a la conclusión de que existe un 'derecho fundamental' de la mujer 'a decidir' y que éste consiste 'en la posibilidad de acceder libremente a un procedimiento de interrupción segura del embarazo', al amparo de los artículos 1º y 4º Constitucionales".
"Si el sustrato de este denominado 'derecho a decidir' se encuentra en estos principios, ¿bajo qué razón lógica se le desconocen al ser por nacer? ¿Qué elementos objetivos existen para restringir estos derechos al concebido no nacido y, en consecuencia, retirarle la protección del Estado?", se preguntan los obispos.
Los pastores califican de incongruente y ambigüo el razonamiento de los ministros; por lo tanto, hacen un llamado a la sociedad mexicana porque se evidencia que hay patologías sociales que distorsionan la visión de la persona y que ignoran su digidad humana: "Esto nos exige caminar juntos en favor del bien común, de la dignidad humana y de los derechos fundamentales de todas las personas, sea cual sea su condición".
"La materia del debate sostenido en la Suprema Corte en días pasados merece un renovado compromiso de todos los actores políticos, de la comunidad académica, de las iglesias y de las organizaciones civiles para garantizar la protección de las mujeres en toda circunstancia, gestando o no, al tiempo que se respete el derecho humano a la vida tanto de la madre como del concebido aún no nacido".
El documento está firmado en nombre de todos los obispos católicos de México, por el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López; el secretario general del organismo y obispo auxiliar de Monterrey, Alfonso Miranda Guardiola; y el obispo de Nuevo Casas Grandes y titular de la Dimensón Episcopal de Vida, Jesús José Herrera.