Ciudad de México.- Dieciocho meses después del incio de la pandemia de COVID-19, la Iglesia mexicana cuenta la funesta cifra de seis obispos y 251 sacerdotes fallecidos víctimas de complicaciones de la enfermedad; también hay registro de trece diáconos y una decena de religiosas que han partido a Casa del Padre por afectaciones del coronavirus.
Son los datos derivados del vigésimo primer reporte de Clérigos y Religiosos Fallecidos en México por Afecciones del COVID19 realizado por el Centro Católico Multimedial (CCM) y cuyo análisis comprender del 21 de julio al 10 de septiembre.
"Es un período particular de relajación de medidas preventivas y la llamada tercera ola de contagios, en particular del cambio de los criterios sobre el semáforo epidemiológico por estados que, más de servir de advertencia para condicionar las actividades e impedir la propagación de contagios, se convirtió en referente sin especial significado puesto que, en la práctica y a pesar del incremento de personas contagiadas en este período, las autoridades dejaron a la responsabilidad de la ciudadanía, los cuidados estrictamente particulares y de asistir a la vacunación para enfrentar la enfermedad. Igualmente, el período fue particularmente tenso ante la apertura de las escuelas y el regreso a clases presenciales conforme a los criterios de las autoridades educativas federales", explica en el preliminar la unidad de investigación.
El reporte del CCM recoje los llamados de la jerarquía católica mexicana a la vacunación general, pues la ha considerado como un bien y un acto de responsabilidad. Los obispos de México -explican los investigadores- han urgido a la población a vacunarse contra COVID a través de homilías, mensajes, circulares y demás medios de comunicación social; y retoman el caso del obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, quien indicó que no vacunarse "es un acto irresponsable y no solidario".
El periodo estudiado comprende además de las vacaciones de verano (las cuales incrementaron los contagios y defunciones de COVID en México), el inicio de clases presenciales en colegios y escuelas de algunos estados de la República. Los obispos también hicieron llamados a la responsabilidad de las familias y de las autoridades educativas.
Por su parte, los ministros también actualizaron hacia un mayor cuidado sus disposiciones para el retorno a las celebraciones litúrgicas presenciales: "Por ejemplo, en la diócesis de Huajuapan, el obispo Miguel Ángel Castro Muñoz emitió protocolos sanitarios de culto para poner especial énfasis en el aforo permitido en los lugares de reunión celebraciones religiosas al 25 por ciento de su capacidad; la concientización sobre la manera reverente de recibir la comunión en la mano, además de procurar que la colecta después de la comunión; la celebración de misas o misas de las fiestas patronales con un aforo del 25 por ciento y observando las medidas sanitaria además de desincentivar procesiones, peregrinaciones y fiestas patronales".
Sin embargo, en otros casos, la actualización de las disposiciones de los obispos involucró un mayor relajamiento en las medidas. El CCM recupera el conflicto entre autoridades civiles y la iglesia en Hidalgo: "En el arzobispado de Tulancingo, las autoridades municipales recomendaron a la Iglesia local limitar el aforo en celebraciones de sacramentos debido a la asistencia de fieles que no atendió las recomendaciones sanitarias. A juicio del presidente municipal de Tulancingo, Jorge Márquez Alvarado, en declaraciones a medios de comunicación, dijo: 'Hemos visto que el arzobispo ha estado apoyando en esta pandemia, ha sacado mensajes para difundir las medidas de sanidad, y en ese sentido, pedirle que sus sacerdotes también las lleven a cabo'".
En este largo periodo de análisis, el CCM destaca por el incremento de los contagios en el clero nacional: "El 30 de agosto, un comunicado firmado por Mons. Ramón Castro Castro, tesorero de la Conferencia del Episcopado Mexicano y presidente de la Obra de Clérigos en Ayuda Solidaria -OCEAS- señaló que en las ultimas tres semanas han sido realmente han sido realmente complicadas para la comunidad de nuestras diferentes diócesis, hemos visto partir a nuestros hermanos sacerdotes por falta de notificación oportuna. El 98% de los casos COVID que terminaron en defunción presentan tres características particulares: 1. No se vacunaron cuando correspondía. 2. Notificación tardía (saturación menor a 80) 3. Afectación mayor al 60% de la superficie pulmonar".
En ese sentido, la institución de solidaridad eclesial dispuso que para que los ministros reciban la cobertura de los gastos geneados por atención médica de COVID éstos deben estar vacunados y comprobar que asumieron medidas sanitarias y de protección personal. Es decir, aquellos ministros que por alguna actividad irresponsable o no esencial resulten contagiados, la Iglesia responderá en justicia y proporcionalidad con dichos ministros.
El CCM reporta que los siguientes obispos resultaron contagiados durante este periodo: Fabio Martínez Castilla, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez; Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia; Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, obispo emérito de Zacatecas; Francisco Ramírez Navarro, obispo emérito de Tlalnepantla; Juan Guillermo López Soto, obispo de Cuauhtémoc-Madera quien falleció. En la pandemia, el episcopado mexicano ha perdido seis obispos, tres eméritos, un auxiliar y dos en ejercicio del gobierno pastoral. Hasta el 10 de septiembre eran 30 casos en el episcopado nacional quienes padecieron la enfermedad, seis fallecieron.
Con la actualización de casos, los clérigos y religiosas fallecidos por covid-19 en el período del 21 de julio al 10 de septiembre son:
- Pbro. Jesús de Atocha Caballero Encalada, de 69 años. Tenía 40 años de vida sacerdotal y era rector de Nuestra Señora de la Paz en Chuburná de Hidalgo en Mérida de la arquidiócesis de Yucatán. Murió en febrero de 2021.
- Pbro. Marciano Agustín Josefa, MSP. De 54 años, religioso del Instituto Misionero de los Servidores de la Palabra, párroco de San Miguel Arcángel en la colonia Mayapán de la arquidiócesis de Yucatán.
- Pbro. Mons. Simón García Casas. De 85 años. Notable sacerdote cuya vida ministerial y apostólica fue reconocida como párroco y formador que le valió el monseñorato. En 2012 fue blanco de un atentado con arma blanca en el templo de Cristo Resucitado de Culiacán. A los 76 años fue designado adscrito en el templo de Nuestra Señora del Carmen de la diócesis de Culiacán. Perdió la vida a causa de las complicaciones derivadas del covid-19.
- Pbro. Pedro Domínguez Tejeda. De 52 años. Cuasipárroco de la comunidad de Santa Bárbara, formador y director espiritual del Seminario de la diócesis de Tepic.
- Pbro. Rafael Navarrete Carrillo. De 76 años. Era párroco de Nuestra Señora de Czestochowa y San Juan Pablo II en la diócesis de Tepic. Se formó en el Seminario de Montezuma y era especialista en teología dogmática por la Universidad Pontificia de México. Director Espiritual del Seminario Diocesano y profesor del Instituto Bíblico Teológico de la Diócesis de Tepic. Su deceso fue debido a las secuelas derivadas del covid-19.
- Diác. permanente Enrique Rivera García. De 83 años, prestó su ministerio diaconal en la arquidiócesis de México. Pbro. Mons. Blas Heriberto Flores Montes. De 69 años. Fue vicario general y administrador de la diócesis de Ecatepec durante la sede vacante tras la renuncia de su primer obispo, Mons. Onésimo Cepeda Silva. Murió por complicaciones derivadas del covid-19.
- Pbro. Carlos Dolores Ceballos García. De 81 años. Era rector de Nuestra Señora de la Candelaria en Mérida, arquidiócesis de Yucatán. Director del movimiento “Por un Mundo Mejor” en México, desempeñó su ministerio en diversas comunidades parroquiales.
- Pbro. Clodomiro Siller Acuña, de 82 años. Referente en la teología indígena latinoamericana, era especialista en arqueología bíblica. secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para Indígenas de la Conferencia del Episcopado Mexicano entre 1973 y 1991 y director del Centro Nacional de Misiones Indígenas -CENAMI- el cual quiso que fuera un “instrumento eficaz para que la Iglesia y la sociedad mexicana oyeran, valoraran y asumieran la voz y la causa indígena como un dinamismo de vida capaz de renovar a todos”. Era sacerdote de la arquidiócesis de Guadalajara.
- Pbro. Adolfo Huerta Alemán. De 44 años, conocido como padre Gofo, saltó a la polémica pública por sus declaraciones en torno a su polémico estilo de vida poco ortodoxo para un consagrado. En 2013, en una entrevista al semanario Proceso, el sacerdote de la diócesis de Saltillo, en ese momento dirigida por Fr. Raúl Vera López, reveló sus particulares maneras de creer. Ataviado a la heavy metal con pines del Ché, Gofo fue ordenado en 2007. Sin importar el estado de castidad, afirmó ser sexualmente activo según contó a Proceso. Huerta Alemán tuvo amonestaciones del obispo Raúl Vera López quien, sin duda, también lo cobijó y toleró. Le conminó a tomar unos meses de reflexión sobre el ministerio, pero conservando el cargo de vicario. Siguió adelante con su particular forma de vivir el sacerdocio y en el 2020 se retiró prematuramente debido a complicaciones de salud.
- Hna. María Elena Ballesteros, de 73 años, religiosa de la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Murió por complicaciones de covid-19 en la diócesis de Iztapalapa.
- Pbro. Luis Alberto Loyola Santiago, de 31 años. Era párroco de Santiago Momoxpan en la arquidiócesis de Puebla. Tenía cuatro años de vida ministerial, fue ordenado en febrero de 2017.
- Pbro. Francisco Gutiérrez Velázquez, de 64 años. Era encargado del Santuario del Señor de la Misericordia en Tepatitlán de Morelos, diócesis de San Juan de los Lagos.
- Pbro. Miguel de Manuel Camín Garnica, de 65 años. Perito en liturgia era profesor de Ciencias y Humanidades en la Universidad Pontificia de México y presbítero de la arquidiócesis de México. Por su pericia en las disciplinas filosóficas y teológicas era conocido como Sócrates.
- Obispo Juan Guillermo López Soto, de 74 años. Ordenado en 1972 para el clero del arzobispado de Chihuahua con diversos ministerios en comunidades, capellán de religiosas, y cargos arquidiocesanos como vicario general. Designado III obispo de Cuauhtémoc-Madera a los 48 años en noviembre de 1995 por Juan Pablo II, fue ordenado al episcopado en diciembre de ese mismo año por la imposición de manos de Adalberto Almeida y Merino, arzobispo de Chihuahua, de Girolamo Prigione, primer nuncio apostólico en México y Renato Ascencio León, obispo de Ciudad Juárez.
- RP. Saúl Quautle Quechol, SJ, de 55 años. Rector de la Universidad Iberoamericana. De acuerdo con la información proporcionada por esa institución, “el lunes 10 de agosto de 2020, durante la Asamblea General Extraordinaria y Ordinaria de la Universidad Iberoamericana Asociación Civil (UIAC), se tomó la decisión de que el Dr. Saúl Cuautle Quechol se convirtiera en décimo octavo Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México·Tijuana, para el periodo 2020-2024. Durante su rectorado, el Dr. Saúl Cuautle Quechol encabezó la organización de las labores académicas, administrativas y de servicio en medio de la pandemia, fortaleció los lazos de la comunidad a pesar de la distancia y dirigió el plan de regreso a clases. También se mantuvo el vínculo con actores externos como empresas, organizaciones civiles y grupos sociales. Bajo su gestión, se adaptaron las instalaciones para hacer frente a la crisis sanitaria, lo que implicó la adecuación de salones, espacios, vías y adquirir equipo tecnológico para preservar la salud de la comunidad. Un infarto acabó con su vida derivado de las complicaciones del covid-19. Prestaba su ministerio en la arquidiócesis de México