Católica, liberal, antieuropeísta o contraria al aborto. Son algunos de los rasgos que definen políticamente a Giorgia Meloni, protagonista política de este inicio de semana tras vencer en las elecciones italianas con su partido Hermanos de Italia.
Junto a Forza Italia (Berlusconi) y Liga Norte (Salvini) conforman una mayoría holgada para formar gobierno, por lo que es previsible que Meloni se convierta en la primera mujer en estar al frente de un gobierno en Italia. Pero no lo va a tener fácil, ya que a la clásica inestabilidad que define a la política italiana, se suma la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania.
En ECCLESIA hemos analizado qué podemos esperar de un hipotético gobierno de esta joven política de 45 años en ámbitos como la migración, el aborto o sus relaciones con la Iglesia. Un análisis que hemos realizado con Manuel López Linares, profesor de Relaciones Internacionales de Comillas ICADE,quien no vaticina un gobierno de larga duración para Meloni, dada las estadísticas.
“Dentro de un tiempo buscarán derribarla, cuando los partidos vean que tienen mejores expectativas electorales. Augurar un gobierno de más de dos años, por mucho que tenga una aparente mayoría estable con Berlusconi y Salvini, es difícil de esperar”.
La victoria de Meloni es para que Europa esté preocupada o al menos expectante por su tono antieuropeísta, aunque la realidad jurídica de Italia puede obligar a su gobierno a rebajar sus pretensiones.
“Hay algo de inquietud por las declaraciones de Meloni durante su vida política, incluso hasta las últimas semanas en las que ha suavizado el tono, pero se espera que el pragmatismo y la complejidad de las tomas de decisiones desde el gobierno la lleven a la moderación”, sostiene López Linares.
Y es que como recuerda el profesor, es difícil pretender ser independiente en sus decisiones en el ámbito de la Unión Europea,cuando está en juego el reparto de los 200 mil millones de euros en los fondos de ayuda por la pandemia, y que están condicionadas a una serie de reformas que Italia está pendiente de culminar: “Además, si quiere el apoyo del Banco Central Europeo a la deuda pública italiana, que es del 150% del PIB nacional, requerirá el cumplimiento de sus obligaciones y del pacto de estabilidad”, ha subrayado.
“Por tanto, se espera que una persona con planteamientos extremistas tenga que ubicarse más en la centralidad”, ha puntualizado.
El cierre de fronteras para evitar la inmigración es uno de los puntos más polémicos de su programa, similar al que propone en España Vox o Le Pen en Francia. No obstante, una vez más Meloni tendrá que enfrentarse a la realidad europea.
“Las fronteras son comunes y no solo está el derecho europeo, sino que también están las cuestiones de respeto a los derechos humanos, de cómo afecta una decisión de este tipo al resto de miembros de la UE. No puede ir por libre”.
Asimismo, el profesor de Relaciones Internacionales de Comillas ICADE recuerda que para los estados miembro constituye un reto gestionar e integrar los flujos migratorios: “La UE busca desde hace tiempo un consenso que apoye un reparto más justo, pero hay miembros que se niegan al acuerdo para repartir la carga de los países receptores., que son los del Mediterráneo”.
En este contexto, vaticina que Meloni se encontrará con constricciones, ya que “el derecho europeo es parte del ordenamiento jurídico de Italia aunque no le guste, y tendrá que aceptarla salvo que genere enfrentamientos frontales y drásticos con las instituciones, que también tendría su coste”, explica Manuel López Linares.
En cuanto a planteamientos económicos, la vencedora en los comicios italianos plantea receta del liberalismo clásico, como la bajada de impuestos o reducir las trabas burocráticas: “Propone menores ayudas a la solidaridad de los más desfavorecidos, que implica un choque cultural importante con la Democracia Cristiana italiana o la Socialdemocracia que han gobernado anteriormente”, puntualiza el profesor universitario.
“Tiene un impulso liberal más alejado de esos valores, pero tampoco es el estatalismo que se podría esperar de ella. Son propuestas de un liberalismo dentro de lo comprensible en la UE, aunque desborda un poco en contra de la visión del estado de bienestar que apoya Italia”, ha agregado.
En sus mítines, Giorgia Meloni se ha mostrado contraria a los lobbies LGBI, de identidad sexual o en favor de la familia tradicional. A la pregunta de si este rechazo se traducirá en un recorte de derechos para estos colectivos, el profesor López Linares precisa que “el equilibrio es complicado”.
“Una cosa es defender unos valores y otra atacar cuestiones de libertad individual de determinadas minorías. Es difícil saber hasta dónde quiere llegar Meloni. Aquí puede haber cambios desde luego, porque en sus mítines es lo que más destaca, las cuestiones de identidad. A la hora de aplicarse veremos cómo las ejecuta”, comenta en ECCLESIA el profesor de Comillas.
Meloni ha contado en ocasiones que ella nació de milagro, ya que su madre tenía decidido abortar. La política es una ferviente defensora de la vida frente al aborto o regular la práctica de la eutanasia. En un hipotético gobierno de Meloni tendrá que pactar con otras fuerzas si quiere derogar la ley.
Un acuerdo que López Linares no descarta que consiga con el apoyo del partido de Berlusconi y Salvini, aunque advierte que su derogación implica la aprobación de una legislación sustitutiva al respecto: “Tiene que plantear una ley alternativa que establezca qué penaliza, si hay excepciones, si permite el aborto en caso de riesgo de salud para la madre... Una ley que tiene que ser apoyada en el Congreso y Senado. No es imposible que llegue a algún tipo de acuerdo con Forza Italia y Liga Norte”, pronostica el profesor de Relaciones Internacionales.
Meloni siempre se ha declarado católica, pese a que sus posturas en determinadas cuestiones como la inmigración o las políticas medioambientales chocan con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Así las cosas, López Linares prevé tensiones entre ambas partes pese a que la política italiana se declare tradicional y católica: “No solo en cuestiones migratorias, también choca respecto a la colaboración internacional, el multilateralismo, el funcionamiento de la UE, el nacionalismo que es excluyente... en esto no tiene una postura católica. Le puede granjear problemas durante su hipotético gobierno. Le auguro choques también en cuestiones medio ambientales con las encíclicas del Papa Francisco 'Fratelli tutti' o 'Laudato SI'.Hay muchas áreas donde Meloni no tiene un pensamiento católico”, considera. (José Melero Campos/Ecclesia)