Ciudad del Vaticano.- A través de la nueva Constitución Apostólica 'Pascite Gregem Dei', el papa Francisco ha reformado el Código de Derecho Canónico con el objetivo de sancionar nuevas figuras delictivas, entre las que destacan las sanciones a obispos y ordinarios eclesiásticos si llegasen a encubrir o ignorar abusos sexuales.
FUENTE ORIGINAL: Reforma al Código de Derecho Canónico Libro IV Sanciones Penales en la Iglesia
El trabajo de revisión canónica, indicó la Santa Sede, inició desde el pontificado de Benedicto XVI y pretende ser un "ágil instrumento correctivo, para ser usado a tiempo, a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana", dice el informativo vaticano.
De esta manera, el pontífice argentino ha modificado la ley en la Iglesia para criminalizar de forma explícita -entre otros delitos- los abusos sexuales cometidos por ministros de culto; además, los laicos y religiosos sin orden presbiteral también podrán ser sancionados por delitos sexuales similares.
"Para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo –explica el papa Francisco– resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de Derecho Canónico. Era necesario modificarla de modo que permitiera su empleo a los Pastores como ágil instrumento saludable y correctivo, y que pudiese ser usado a tiempo y con caridad pastoral, a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana".
Otras modificaciones al cuerpo legal de la Iglesia católica son los ajustes a los cánones 1395 y el 1398 que tienen el propósito de corregir abusos en la gestión de agresiones sexuales por parte de la Iglesia. La nueva ley reconoce que los adultos (y no sólo los menores de 18 años) también pueden ser víctimas de sacerdotes que abusan de su autoridad, y dice que los laicos o religiosos no presbíteros que ejercen labores eclesiásticas también pueden ser castigados por abusar de menores o adultos.
Según la nueva ley, los sacerdotes que mantengan relaciones sexuales con cualquier persona -no sólo un menor o una persona sin capacidad de razonar- serán expulsados si utilizan "la fuerza, amenazas o abuso de su autoridad" para conseguir esas relaciones.
La puesta en práctica de estas nuevas disposiciones, dice el Papa, "se debe ejercer como una concreta e irrenunciable exigencia de caridad no sólo en relación a la Iglesia, la comunidad cristiana y las eventuales víctimas, sino también hacia quien ha cometido un delito, que tiene necesidad, al mismo tiempo, de la misericordia y de la corrección de la Iglesia".
En el pasado, reconoció la Santa Sede, ha causado mucho daño "la falta de comprensión de la relación íntima existente en la Iglesia entre el ejercicio de la caridad y el recurso a la disciplina sancionatoria". Dijo que ese 'modo de pensar' ha dificultado la corrección, "creando en muchos casos escándalo y confusión entre los fieles".
Esta situación ha propiciado en el pasado "la negligencia" de algunos pastores, los cuales al eludir acudir al sistema penal "pone de manifiesto que no está cumpliendo su función de forma correcta y fiel", lamenta el pontífice. "La caridad -prosigue Francisco- exige que los pastores recurran al sistema penal cuantas veces sea necesario, teniendo en cuenta los tres fines que lo hacen necesario en la comunidad eclesial, es decir, el restablecimiento de las exigencias de la justicia, la enmienda del imputado y la reparación de los escándalos".
Con los cambios, el Vaticano también ha decidido criminalizar el llamado 'grooming' de menores o adultos vulnerables por parte de sacerdotes para incitarles a participar en material pornográfico. Es la primera vez que el derecho canónico reconoce oficialmente como criminal el método utilizado por agresores sexuales para entablar relaciones con sus víctimas, con regalos y otras distinciones, para luego explotarles sexualmente.
La reforma también retira buena parte de la capacidad de discreción que permitía a obispos y jerarcas de la Iglesia ignorar o encubrir los abusos, y deja claro que pueden afrontar responsabilidades por omisiones y negligencia a la hora de investigar y sancionar adecuadamente a los sacerdotes implicados en abusos.
El Vaticano ha ido haciendo pequeños cambios a lo largo de los años para corregir problemas y lagunas, como requerir que todos los casos se envíen para su revisión a la Santa Sede y permitir un proceso administrativo más ágil para expulsar del sacerdocio a clérigos si la evidencia en su contra es abrumadora.
En una novedad dirigida a abordar los crímenes sexuales cometidos por legos que ejercen tareas dentro de la Iglesia, como fundadores de movimientos religiosos legos o incluso administradores, la nueva ley indica que los legos pueden ser castigados de forma similar si abusan de su autoridad para cometer crímenes sexuales.
"El nuevo texto – afirma el Papa – introduce cambios de diversa índole en el derecho vigente y sanciona algunas nuevas figuras delictivas". También se ha mejorado "desde el punto de vista técnico, especialmente en lo que se refiere a aspectos fundamentales del derecho penal, como el derecho de defensa, la prescripción de la acción penal, una determinación más precisa de las penas" ofreciendo "criterios objetivos en la identificación de la pena más adecuada a aplicar en el caso concreto", reduciendo la discrecionalidad de la autoridad, para favorecer la unidad eclesial en la aplicación de las penas, "especialmente para los delitos que causan mayor daño y escándalo en la comunidad".
La Constitución Apostólica está fechada el 23 de mayo de 2021, Solemnidad de Pentecostés; y las modificaciones entrarán en vigor a partir del próximo 8 de diciembre.