Ciudad del Vaticano.- Este día se concretó la esperada reunión entre el presidente de los Estados Unidos, Joseph R. Biden, y el papa Francisco; el primer encuentro entre los dos personajes desde que el político católico norteamericano fue electo presidente; el cuarto, desde 2013.
Biden llegó acompañado por su esposa Jill y fueron recibidos en la Biblioteca del Palacio Apostólico por el pontífice argentino con quienes estuvieron dialogando por 75 minutos; los anteriores encuentros del pontífice con mandatarnos estadounidenses fueron ligeramente más breves. Francisco dialogó por 50 minutos con Barack Obama y apenas 30 minutos con Donald Trump. Hay que recordar que Joe Biden -a pesar de las políticas proaborto que ha impulsado en su nación- es el segundo mandatario en la historia de Estados Unidos que se identifica como católico, el primero fue John F. Kennedy.
Según la propia Santa Sede, los líderes charlaron sobre los compromisos contra los efectos de la pandemia, la vacunación social, el cuidado del planeta como la Casa Común y algunos temas que también son contemplados por el G20.
En su estancia en el Vaticano, Biden también se reunió con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de Vaticano, y con Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados:
"En el transcurso de sus cordiales conversaciones, se ha hablado del compromiso común con la protección y el cuidado del planeta, de la situación sanitaria y la lucha contra la pandemia del Covid-19, así como del tema de los refugiados y la asistencia a los migrantes. También se hizo referencia a la protección de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de religión y de conciencia", comunicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Como se sabe, en los encuentros del Papa con los jefes de Estado, las conversaciones no son públicas pero se comparten algunos acentos de lo que allí se dialogó. El Vaticano informó que Francisco y Biden compartieron inquietudes respecto a la actualidad internacional, la próxima cumbre del G20 en Roma y, sobre todo, "del fomento de la paz mundial mediante la negociación política".
Las crónicas locales reportan que "un minuto antes de mediodía la limusina del presidente de los Estados Unidos se detuvo bajo la entrada del Palacio Apostólico, en el Patio de San Dámaso, donde se había izado la bandera estadounidense. La larga comitiva presidencial, que partió de Villa Taverna, residencia del presidente en Roma, estaba formada por más de cincuenta vehículos, entre los cuales blindados y todoterrenos. Abierta por una escolta de diez motos y las gacelas de la Policía del Estado italiano, mientras un helicóptero vigilaba la zona, recorrió la Via della Conciliazione siguiendo la ruta previamente sellada por las fuerzas del orden".
El presidente Biden recorrió los Palacios Apostólicos hacia la Sala del Tronetto, donde tuvo lugar el primer saludo con el Papa. A continuación, Francisco se trasladó con el presidente a la Biblioteca Apostólica a las 12:10 horas, donde, uno frente al otro en el escritorio, comenzaron su conversación confidencial, que terminó poco después de las 13:25 horas.
Durante el encuentro, el Papa regaló al presidente de los Estados Unidos una pintura en una baldosa de cerámica que representa a un peregrino en el terraplén del Tíber señalando la Basílica de San Pedro. A esto se suman algunos documentos, los mismos que se entregaron unas horas antes al presidente surcoreano Moon: el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2021 con su firma; el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en Abu Dhabi con el gran imán de Al-Azhar y el volumen sobre la Statio Orbis publicado por LEV que recoge las fotos más bellas de la oración del Pontífice el 27 de marzo de 2020, en plena pandemia.
El presidente Biden correspondió con una casulla tejida a mano y bordada con flores y frutas, que se remonta a 1930, cuando se encargó al conocido sastre Gamarelli y, desde entonces, ha sido utilizada por los jesuitas en los Estados Unidos. La casulla procede del archivo histórico de la Holy Trinity Catholic Church, una iglesia de Washington que desempeñó un importante papel en el apoyo a las causas de la desegregación y los derechos civiles a partir de 1787. Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha asegurado que hará una donación de ropa de invierno a organizaciones benéficas, en nombre del papa Francisco, para agradecerle este encuentro, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, el 14 de noviembre.
La oficina de prensa del mandatario norteamericano destacó que Biden expresó su aprecio "por el liderazgo de Su Santidad en la promoción de la paz, la reconciliación y los lazos comunes de la humanidad en todo el mundo" y confirmaron el deseo del jefe de Estado para "trabajar juntos sobre la base de valores comunes en el reconocimiento de la dignidad y la igualdad de toda la humanidad, la atención a las personas marginadas y a los pobres, la lucha contra el cambio climático y la acogida e integración de los migrantes y refugiados en todas las comunidades".
Después de la salida de Biden del Vaticano, el presidente estadounidense agradeció a Su Santidad su apoyo a los pobres y a los que sufren a causa del hambre, la guerra y la persecución en todo el mundo.
Biden además "elogió el liderazgo del papa Francisco en su lucha contra la crisis climática, así como su compromiso de garantizar el fin de la pandemia para todos, mediante vacunas compartidas y una recuperación económica mundial ecuánime".
Tras la agenda de Biden en la Ciudad del Vaticano, la delegación norteamericana se enfiló al Quirinal para reunirse con el presidente italiano, Sergio Mattarella, y con el Primer Ministro, Mario Draghi.