Ciudad del Vaticano.- La Santa Sede ha confirmado que el próximo marzo, el papa Francisco recibirá a una delegación de líderes indígenas de Canadá. En el encuentro se abordarán los casos de abusos y crímenes contra menores indígenas perpetuados por funcionarios de las escuelas residenciales del gobierno canadiense administradas por religiosos y miembros de la Iglesia católica.
Se informó que este encuentro estaba originalmente programado para el pasado diciembre; sin embargo, debido a la alta contagiosidad de la variante ómicron, la reunión se pospuso. A finales del 2021 también se habló de la posibilidad de que el pontífice viajara este 2022 a Canadá para presidir actos y encuentros que fomenten el perdón y la reconciliación entre el pueblo canadiense.
La delegación de líderes indígenas estará conformada principalmente por exalumnos de los internados y por representantes de la Asamblea de las Primeras Naciones, el Consejo Nacional de Metis y los Inuit Tapiriit Kanatami. Los indígenas canadienses se reunirán individualmente con el pontífice la semana del 28 de marzo y, se adelantó que sostendrán una audiencia colectiva final el 1 de abril.
"Seguimos comprometidos en avanzar hacia la sanación y la reconciliación y esperamos con ansias la oportunidad de que los ancianos indígenas, los guardianes del conocimiento, los sobrevivientes de las escuelas residenciales y los jóvenes se reúnan con el papa Francisco", dijeron los grupos indígenas y el episcopado canadiense en un comunicado conjunto.
La Iglesia católica en Canadá busca reconstruir puentes con las comunidades indígenas después de que se descubrieran más de mil 300 tumbas anónimas en las escuelas donde internaban a los niños aborígenes como parte de una política gubernamental de asimilación forzada.
Se estima que más de 150 mil niños indígenas fueron llevados desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990 a 139 escuelas residenciales, pasando meses o años aislados de sus familias, su idioma y su cultura. En estos colegios, un alto porcentaje de menores denunció o vivió abusos físicos y sexuales por parte de directores y maestros; además se cree que miles de los infantes murieron por enfermedades, desnutrición o negligencia por parte de los cuidadores.
En 2015, una Comisión Especial de la Verdad y la Reconciliación concluyó que aquella política del gobierno canadiense implicó un 'genocidio cultural'; en 2020, el descubrimiento de nuevas tumbas reavivó la polémica y la profundidad de la herida social.