Ciudad del Vaticano.- Desde la Basílica de San Pedro en Roma, el papa Francisco ha inaugurado la Novena Intercontinental Guadalupana, un itinerario formativo y festivo para celebrar el medio milenio del Acontecimiento Guadalupano en los próximos nueve años.
El papa Francisco exhortó a los católicos del continente americano a participar en la Novena Intercontinental Guadalupana que inició este día en México y todo el Continente, y con la que se prepara la celebración del Quinto Centenario del Acontecimiento Guadalupano en el año 2031.
"Exhorto a todos los miembros de la Iglesia que peregrina en América, pastores y fieles, a participar en este camino celebrativo, pero por favor que lo hagan con verdadero espíritu Guadalupano", instó el pontífice durante la celebración de la Sagrada Misa de las Américas.
En su reflexión homilética, el papa Francisco destacó la visibilización de las caravanas de migrantes que atraviesan México y buena parte de los países americanos en su ruta hacia los Estados Unidos. El pontífice dijo que la representación de la Virgen de Guadalupe está en el duro camino que hacen los migrantes huyendo de la pobreza y la explotación para tratar de encontrar oportunidades en otros territorios.
También manifestó su preocupación por nuevas culturas que tergiversan los sentidos ideológico-identitarios de los pueblos americanos de arraigo cristiano y mariano.
"Quieren demetizar [separar de las narrativas bíblicas la esencia de las formas literarias míticas], maquillar a la Madre. Por favor, no permitamos que el mensaje se destile en pautas mundanas e ideológicas. El mensaje es simple, es tierno: ‘No estoy yo aquí, que soy tu madre’. Y a la madre no se le ideologiza", subrayó el Papa.
Del mismo modo, Bergoglio reconoció que este 2022 la celebración a la Virgen de Guadalupe ocurre en un momento muy difícil para la humanidad porque "es un periodo amargo, repleto de fragores de guerra de crecientes injusticias, carestías, pobreza, sufrimiento y hambre".
El pontífice concluyó la festividad de la Virgen María de Guadalupe con un llamado a la esperanza: "Aunque este horizonte aparezca sombrío y desconcertante, que aparezca con presagios todavía de mayor destrucción y desolación, todavía la fe, el amor y la condescendencia divina nos enseñan y nos dicen también que este es un tiempo propicio de salvación, en el que el Señor a través de la Virgen Madre y Mestiza sigue dándonos a su hijo que nos llama a ser hermanos, a dejar de lado el egoísmo, la indiferencia, el antagonismo".