Ciudad del Vaticano.- Vibrante, intenso, cercano a los humildes y periféricos; y centrado en dos principios Evangélicos: misericordia y alegría. De esta manera ha resumido el pontificado de Francisco el cardenal Giovanni Battista Re, dean del Colegio de Cardenales en la ceremonia de exequias del primer Papa de origen latinoamericano y jesuita de la historia de la Iglesia.
Bajo un cielo despejado y un clima inmejorable, el funeral del Papa Francisco, 266 pontífice máximo, convocó a más de 250 mil asistentes que se apersonaron entre las entre las columnatas de la Plaza de San Pedro entre los que destacaron 170 delegaciones de representantes políticos y religiosos internacionales.
"Nos pediste siempre que 'no olvidáramos rezar por ti'; ahora, querido Papa Francisco te pedimos que reces por nosotros y que, desde el cielo, bendigas a la Iglesia y al mundo entero", dijo el cardenal Re en la homilía del funeral de pontífice.
Después del rezo del Santo Rosario, la ceremonia comenzó con el tañido solemne de la campana sur de la Basílica de San Pedro que impuso el tono luctuoso de la Misa Exequial por el Papa Francisco. Después de que los dignatarios internacionales tomaran su sitio, comenzó la procesión de los obispos y cardenales concelebrantes de la ceremonia. En un momento simbólico y silente, el féretro del pontífice Bergoglio cruzó la nave del interior de la Basílica de San Pedro flanqueado por los más de 200 cardenales de la Iglesia católica que se apersonaron para despedir al sucesor de Pedro.
Al llegar a la plaza, el féretro fue depositado frente al altar y fueron colocados sobre él los Santos Evangelios. La celebración, presidida por el cardenal Re, de 91 años, destacó por la solemnidad de los momentos litúrgicos y por la homilía del dean que destacó el estilo en el servicio petrino del argentino Jorge Mario Bergoglio.
"Estamos en oración frente a sus restos mortales... con la certeza de que la existencia humana no termina en la tumba sino en la Casa del Padre", inició el cardenal e inmediatamente pasó a elogiar las virtudes de vida cristiana y gobierno pontificio del papa Francisco.
El cardenal destacó el afecto y participación de tantos fieles en los funerales y lo comparó con el "intenso pontificado del papa Francisco"; recordó que "la ultima imagen que permanecerá en nuestro corazón" del pontífice argentino será la del domingo de Pascua pasado "cuando el Papa Francisco, no obstante de sus problemas de salud, ha decidido dar la bendición del balcón de la Basílica vaticana de San Pedro y después bajar a esta Plaza para saludar desde el papamóvil a la gente".
Por eso, dijo, que la Iglesia universal se une en plegarias por que Dios le conceda la eterna felicidad el horizonte glorioso y luminoso del más grande amor.
Battista Re recordó de Bergoglio su sólida formación en la Compañía de Jesús y su servicio pastoral en la ciudad de Buenos Aires, Argentina; cualidades que le llevaron a elegir en aquel marzo del 2013, el nombre de Francisco. Nombre pontificio que fue también la elección de "un programa de pontificado, buscando inspirarse por el espíritu de San Francisco de Asís".
Por ello, reconoció, el Papa Francisco conservó siempre "su temperamento pastoral... su personalidad en el gobierno de la Iglesia... estableciendo contacto directo con la gente y con el pueblo. Quiso estar cercano a todos. Especialmente a los que están en dificultad, los últimos de la tierra, los marginados".
El cardenal también elogió el lenguaje natural del pontífice: "Fue cercano a la gente, cercano a todos... con el vocabulario de su lenguaje, nutrido de imágenes y metáforas buscó iluminar desde el Evangelio los problemas de nuestro tiempo... ayudando a los cristianos los desafíos de nuestro tiempo, en el cambio de época".
"Tenía una gran espontaneidad para encontrase con la gente, también con la gente alejada de la Iglesia", destacó.
En la homilía laudatoria de la vida del pontífice, Battista Re mencionó que Francisco puso de manifiesto la esperanza de los sufrientes y de nuestro tiempo con un mensaje capaz de unir el aire misionario con la alegría del Evangelio: "Una alegría que está llena de esperanza".
El cardenal también manifestó que "un hilo conductor de sus convicciones" fue pensar que la Iglesia es casa de todos, una casa con las puertas siempre abiertas, un hospital de campaña en medio de una batalla que cura las heridas del mundo contemporáneo.
Sin embargo, acentuó el cardenal, su pontificado destacó especialmente por su predilección por los refugiados, migrantes y pobres; recordó su primer viaje realizado fuera de Roma a Lampedusa "haciendo un símbolo del drama de la emergencia con miles de personas ahogadas en el mar". El cardenal hizo mención de sus múltiples viajes apostólicos alrededor del mundo, especialmente a las regiones más dolorosas del planeta; y a las "periferias más periféricas del mundo" para "poner siempre al centro el Evangelio de la Misericordia".
Battista Re recordó que una convicción central de Francisco ha sido la confianza en que Dios Padre "no se cansa de perdonar"; destacó que el Papa convocó al Jubileo extraordinario de la Misericordia poniendo en el centro esta confianza: "Misericordia y alegría del Evangelio son dos palabras centrales del Papa Francisco", dijo.
Finalmente, el cardenal también destacó el servicio del Papa por la "Cultura del Encuentro" y del "Encuentro de la solidaridad" que iluminaron su pontificado con un tono vibrante: "Su llamado a la fraternidad, porque todos somos hijos del padre que está en el Cielo... nos recuerda que todos somos parte de la misma familia humana y que nadie se salva solo".
Y concluyó con una rogativa para el Padre tome al Papa en su inmensidad de su eternidad: "Siempre nos dijiste: 'No se olviden de rezar por mí'. Ahora, querido papa Francisco, te pedimos a ti rezar por nosotros; y te pedimos que desde el cielo bendigas a la Iglesia, a Roma, al mundo entero así como el domingo pasado hiciste desde el Balcón de la Basílica en el último abrazo con todo el pueblo de Dios y con la humanidad".