Ciudad del Vaticano.- Para la posteridad, la Iglesia católica ha sintetizado el legado del papa Francisco en el rogito en el que se sintetiza la vida y obra del pontífice de origen argentino, de formación jesuita y que dirigió la Iglesia católica entre el 2013 y 2025. Su pontificado, revela el pergamino, estuvo marcado por la humildad y el servicio a los más pobres.
"Francisco ha dejado para todos un testimonio admirable de humanidad, de vida santa y de paternidad universal", menciona el documento que se colocó en el féretro del pontífice la noche del viernes 25 de abril; horas antes de que se realizaran los funerales y misa exequial por el Papa.
El Papa Francisco, líder de la Iglesia católica desde 2013, falleció a las 7:35 horas del 21 de abril de 2025, durante el Año Santo, en la residencia vaticana de Santa Marta. Su partida, ocurrida en el segundo día de la Octava de Pascua, fue anunciada con un comunicado que destacó su legado como "pastor valiente y fiel al Evangelio". La noticia conmovió a la comunidad cristiana global, especialmente a los más desfavorecidos, a quienes dedicó su ministerio.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, en el seno de una familia de inmigrantes piamonteses, su vida estuvo marcada por la sencillez y el compromiso social. Tras formarse como técnico químico, optó por el sacerdocio, ingresando al seminario diocesano y posteriormente a la Compañía de Jesús en 1958. Ordenado sacerdote en 1969, su trayectoria incluyó roles como profesor, provincial de los jesuitas en Argentina y, finalmente, arzobispo de Buenos Aires en 1998. Su elección como Papa en el cónclave de 2013 —el primero proveniente de América Latina— sorprendió al mundo. Adoptó el nombre de Francisco en honor al santo de Asís, símbolo de pobreza y servicio.
Desde el inicio, Francisco rompió protocolos: eligió residir en Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico, usó transporte público en Buenos Aires y cocinaba su propia cena. Promovió una "Iglesia en salida", cercana a los marginados. Sus gestos, como lavar los pies a reclusos o visitar campos de refugiados, reflejaron su enfoque pastoral.
Destacó por su defensa de los pobres, el diálogo interreligioso y la ecología. Sus encíclicas Laudato si’ (2015) y Fratelli tutti (2020) abordaron la crisis climática y la fraternidad universal. Firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana con líderes musulmanes en 2019 e impulsó reformas internas, como la constitución Praedicate Evangelium (2022), que modernizó la Curia romana.
Su salud, frágil en sus últimos años, incluyó una cirugía en 2021 y una neumonía bilateral en febrero de 2025. Aun así, continuó su labor hasta el final: su última aparición pública fue el 20 de abril de 2025, durante la bendición Urbi et Orbi de Pascua.
Francisco deja una Iglesia transformada, con un Colegio Cardenalicio más diverso (163 cardenales de 73 países) y sínodos centrados en temas como la Amazonía y la sinodalidad. Su énfasis en la misericordia —evidente en reformas para agilizar anulaciones matrimoniales y combatir abusos— redefine el magisterio moderno.
El Vaticano confirmó que su cuerpo será velado en la Basílica de San Pedro antes de su sepultura. A sus 88 años, tras 12 años de pontificado, su mensaje perdura: "¡Recen por mí!", pidió al mundo en 2013. Hoy, millones lo recuerdan como el Papa que "prefirió una Iglesia en salida accidentada antes que enferma de encierro y poder".