Ciudad del Vaticano.– En la mañana del lunes 28 de abril, la quinta Congregación General de los Cardenales, finalmente decidió el inicio del cónclave para la elección del próximo pontífice: será el 7 de mayo con una Misa por la mañana y la primera votación en la Capilla Sixtina.
Más de 180 purpurados –algo más de un centenar de ellos con derecho a voto en el próximo cónclave– se reunieron en oración y discernimiento en la antesala de una de las decisiones más trascendentales de la Iglesia católica y votaron por mantener la norma y tradición de aguardar por lo menos 15 días de la muerte del pontífice para pronunciar el 'extra omnes' (fuera todos) e iniciar la elección del nuevo pontífice.
Fiel a la tradición y a la normativa establecida por la Constitución apostólica Universi Dominici Gregis, la jornada inició con el rito de juramento y la renovación de la Congregación Particular, una comisión temporal compuesta por tres cardenales que asisten al Camarlengo en la gestión de los asuntos ordinarios de la Sede vacante.
En esta ocasión, se confirmó al cardenal alemán Reinhard Marx como coordinador del Consejo de Asuntos Económicos, acompañado por los cardenales Luis Antonio Tagle (Filipinas) y Dominique Mamberti (Francia), elegidos por sorteo.
La Congregación, sin embargo, tuvo su momento más intenso durante las veinte intervenciones de los purpurados que se registraron a lo largo de la mañana. Los cardenales, provenientes de todos los rincones del mundo y que representan el despliegue de poder de decisión de mayor diversidad de naciones, compartieron sus preocupaciones y esperanzas sobre el futuro de la Iglesia.
Los temas abordados no son ajenos a los debates eclesiales de la última década, aunque sí han sido presentados con una renovada perspectiva centrar en el perfil que el próximo pontífice debe cumplir: la relación de la Iglesia con un mundo contemporáneo cada vez más descristianizado; el testimonio, lenguaje y método de la evangelización; la unidad y diálogo con otras confesiones cristianas; y el combate decidido a los abusos y omisiones efe atención a victimas dentro de la institución.
Entre líneas y silencios se dibuja ya el perfil del próximo sucesor de Pedro: un líder capaz de escuchar con misericordia, hablar con claridad y actuar con firmeza. Pero también se habla de otros factores importantes: experiencia probada, capacidad de gobierno y afabilidad.
En medio de este ambiente de discernimiento, se ha fijado la fecha para el inicio del cónclave: el martes 7 de mayo por la mañana, con la Misa pro eligendo Romano Pontifice en la Basílica de San Pedro. Por la tarde, las puertas de la Capilla Sixtina se cerrarán para dar paso a la deliberación más esperada y vigilada del mundo católico.
La primera meditación espiritual de la congregación para el martes 29 de abril será ofrecida por el abad Donato Ogliari, O.S.B., de San Pablo Extramuros, como lo establece la normativa canónica.