Ciudad de México.- Frente a los desafíos sociales derivados de la pandemia de COVID-19, la Iglesia católica en México ha hecho un nuevo llamado las instituciones y a la ciudadanía mexicanas para que den prioridad a la educación en el país y se logre articular un regreso a clases bajo modelos de cuidado y encuentro tanto personal, comunitario como a distancia.
En el mensaje firmado por la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Dimensión Episcopal de Educación y Cultura, los obispos recuerdan el llamado al Pacto Educativo Global -lanzado por el papa Francisco en octubre pasado- para "atender al urgente y exigente llamado para que, en cada localidad, en cada comunidad humana, nos comprometamos de manera realista a mantener el cuidado integral de cada niña, niño, adolescente y joven, vinculando solidaridades y profundizando una alianza, particularmente entre familias, docentes, directivos y estudiantes, con amplia creatividad y generosidad".
La Iglesia mexicana urge a todos los sectores sociales involucrados en la educación de niños, adolescentes y jóvenes a "salir al encuentro" porque el estudio no se recude al conocimiento abstracto y desencarnado de nociones y fórmulas:
"La educación que debemos ofrecer, en estos tiempos, está más en clave de acompañamiento, en ayudar a responder a los desafíos actuales, en aprender a vivir en casa, en el cuidado de los demás, modificando nuestras conductas para que éstas sean más comprensivas de lo humano, más solidarias y constructivas de un desarrollo humano, integral, solidario y sustentable", indican.
En ese tenor, los obispos hacen tres propuestas: "Bucar medidas posibles para salir al encuentro y hacer vigoroso el compromiso del cuidado de niñas, niños, adolescentes y jóvenes [...] articular un regreso a la escuela de manera híbrida (combinando momentos de servicio escolar presencial, semipresencial o virtuales) [...] y acompañar a los centros escolares para supervisar, impulsar protocolos sanitarios, realizar pruebas y vacunar al personal escolar".
"No habrá regreso a la normalidad escolar, en un corto plazo, pero ello no implica que no seamos capaces de promover otros espacios educativos, mucho más flexibles, generosos y por supuesto solidarios", reconocen. En ese tenor invitan a que las comunidades se organicen en esferas pequeñas "con el fin de estrechar y vincular lo que es posible, lo que está cerca, aminorando todo riesgo" en actividades educativas formales y no formales.
Sobre la vuelta a las escuelas y colegios, los obispos consideran que debe realizarse de manera híbrida, es decir: "combinando momentos de servicio escolar presencial, con alternativas semipresencial y otras totalmente virtuales, que vayan más allá de la TV y la radio".
Finalmente, para impulsar la estrategia sanitaria y educativa a la par, se pide "desatar las solidaridades entre instituciones y personas, pero sobre todo, atender a toda la población en su conjunto e integralidad, sin dejar a nadie fuera".