Chilpancingo, Guerrero.- El nuevo obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, ha declarado que sostendrá una actitud abierta, de diálogo por la pacificación de la región guerrerense, incluso con personas dedicadas al narco y, si es preciso, hasta recibiría el martirio en el proceso.
Interrogado al final de la celebración domincal, el obispo González insistió en que planea entrar en diálogo con miembros de cárteles del narcotráfico que operan en Guerrero -al igual que hiciera su predecesor el obispo Salvador Rangel Mendoza- y también pidió esa actitud al presidente de México luego de que éste afirmara que se debe proteger la vida de los criminales.
González, cuya vocación y formación nació con la orden de hermanos franciscanos, recordó que los frailes tienen como una de sus principales misiones el dialogar con todo delincuente –el 'hermano lobo'—para convertirlo y hacerlo que deje de matar; por ello respondió que el presidente López Obrador también podría emprender un diálogo con el objetivo de disminuir la violencia en el país.
"¡Mínimo! Lo que yo me esperaría del presidente es que les diga [a los criminales]: ´Bájenle, que no haya más muertes´", dijo el obispo.
Ya antes, el obispo José de Jesús González dijo al periódico Milenio que esta semana comenzará a visitar la sierra de Guerrero donde se encuentran los grupos criminales y confiesa que tiene miedo a las armas, por ello quiere ofrecerles su amistad:
"¿Qué quisiera decirles? Que ahora soy yo el obispo, que no me vayan a venadear y si quieren venadearme, ¡pues que le atinen! (ríe) Que no vayan a confundirse con otro. Ellos te cazan, como cazadores de venados, pero yo no soy un venado, soy una persona. Entonces presentarme, decirles ‘voy a andar en este tipo de camioneta, yo así me muevo y voy a subir y bajar’. Si quieren que pase, me van dar entrada; y si no, me van a decir: ‘¡Regrésese! No puede ir, estamos enojados’ y a ver qué pasa. Soy de a tiro nuevo, a ver si me aceptan, si ya tenían un amigo anterior ahora hacerme amigo a mí, es una conquista de amistad", afimó.
González Hernández adelantó que incluso se ofrecería como mediador entre los grupos rivales que compiten por las plazas de la región guerrerense para evitar el sufrimiento del pueblo, de los inocentes.
"El buen pastor no huye, da la vida por sus ovejas. Y si nosotros queremos ser buenos también, dar la vida por sus ovejas y ellos también son ovejas", dijo.
El medio le reitera la pregunta: '¿Estaría dispuesto en dar la vida por mediar entre criminales?' y González reponde: "A lo mejor sí, a lo mejor es lo que se necesita: mártires. Aunque ya tenemos varios, pues otro más no cae mal, no cae mal para la Iglesia, pero eso solamente lo da Dios, si el Señor concede ¡pues qué bueno! San Francisco de Asís, mi patrono, buscaba el martirio y no se le concedió, se le concedió de otra manera, pero todos estamos llamados porque martirio significa dar un buen testimonio y dar un buen testimonio de paz creo que vale la pena".
A pregunta expresa, el obispo reconoció que tiene miedo a las armas "me ponen nervioso, no se les vaya a salir un tiro, pero da miedo porque si me pongo en su lugar de ellos, entonces ellos están con las armas, si ven un movimiento raro tienen que disparar o van a sentir que alguien les va a disparar, están en una situación de angustia día y noche. Es muy feo, no me duermo si estás de guardia y ahí de ti si te duermes, porque se les pasaron no sé quiénes, entonces, ciertamente estas personas están adoctrinadas como para desconfiar de todo mundo y a lo mejor, de hacer el mal si son obligados". (Con información Milenio Diario, agencia APRO)