Ciudad de México.- Para conmemorar el Día Mundial de la Justicia Social, la Dimensión Episcopal de Fe y Compromiso Social (DEFCS) firmó un mensaje en el que pide a la ciudadanía mayor participación en la construcción de justicia y paz en México: "No podemos delegar la ejecución de la justicia en los demás, aún en las instancias sociales que tienen la tarea de salvaguardarla, si antes no somos participes de la elaboración de las leyes que lleven al respeto a la persona".
El mensaje, firmado por el obispo de Cuautitlán y titular de la DEFSC, Guillermo Ortíz Mondragón, junto al equipo de profesionales de la dimensión, celebra que el 20 de febrero se conmemore la búsqueda social para que "cada persona tenga derecho a recibir lo que le corresponde para su existencia digna".
"Eso que le corresponde a cada persona no depende de la medida humana de la distribución o el merecimiento en función de una acción. Sino del ser mismo de la persona. Cada persona tiene derecho a tener lo que le corresponde para su existencia digna, como imagen de Dios. Los derechos de la persona que derivan de su dignidad de criatura".
Por ello, recordaron que la justicia no se refiere sólo al cumplimiento de algunas leyes y otras no sino que todo ser humano, en todas las dimensiones de su existencia, tiene derecho a alcanzar todo lo que le permita su realización integral:
"Es derecho del niño a tener una familia que lo acoja, lo proteja, lo acompañe en su capacitación, lo incorpore plenamente a su familia y a la sociedad. No es derecho del adulto a tener un hijo, sino del niño a tener padres. Y no es derecho de la autoridad a tener súbditos, sino de los ciudadanos a tener una autoridad que les sirva para vivir en la justicia".
Por ello, la DEFCS invitó a la ciudadanía a reconocer el deber de asumir todos sus derechos como sujeto político: "capaz de organizar su propia vida, la de su familia y, en consecuencia, la toda la vida social".
"Cada uno de nosotros es sujeto y objeto de la justicia. No podemos delegar la ejecución de la justicia en los demás, aún en las instancias sociales que tienen la tarea de salvaguardarla, si antes no somos participes de la elaboración de las leyes que lleven al respeto a la persona", asegura el mensaje.
En conclusión, la Iglesia mexicana recordó que toca a cada ciudadano edificar la propia vida y, en conjunto con los demás, un ambiente de justicia porqe "sin ella no hay paz, ni desarrollo de la cultura y civilización dignas de la persona humana".