Morelia, Michoacán.- Tras la crítica realizada por el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, a las autoridades federales y estatales por el recrudecimiento de la violencia en el país, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, arremetió contra los ministros de culto y los acusó de haber promovido a organizaciones de autodefensas (a las que calificó como paramilitares), de acercarse a grupos criminales y hasta de ser voceros de cárteles del narcotráfico.
El domingo 2 de julio pasado, el obispo Ascencio García criticó la celebración del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, por los cinco años de su triunfo electoral; pidió que, en contraparte, se celebrara un "día de luto nacional" porque la violencia es peor que la que encontró al iniciar su mandato.
La reacción del gobierno estatal no se hizo esperar, Ramírez Bedolla, respondió a las críticas que hizo el obispo y aseveró que "hay clérigos relacionados a grupos del crimen organizado, que hasta se convierten en sus voceros".
“Pues está haciendo política el obispo, por lo que veo. Tenemos en Michoacán, luego personajes muy protagónicos, con declaraciones muy estridentes, relacionados con grupos del crimen organizado e incluso hay clérigos que han admitido tener acercamiento, diálogo, con líderes criminales y bueno, pues sí, se vale y es loable, para eso estamos, para ser criticados, pero critican al Estado, lo atacan, pero ellos mismos encubren a generadores de violencia y luego se convierten en voceros de bandas de criminales, desafortunadamente”.
Por si fuera poco, invitó al obispo y a los ministros de culto a que si quieren hacer política deben dejar la sotana: "Eso es una realidad. A veces no se dice por la hipocresía política, pero es clara la intención de esta declaración desde un púlpito de Apatzingán del obispo, de hacer política. Si quieren hacer política que dejen la sotana y se metan al tema electoral”.
En su homilía, el obispo también aludió al asesinato del ex líder de las autodefensas michoacanas, Hipólito Mora; y, por ello, el gobernador declaró: "en su momento, hubo sacerdotes que promovieron las autodefensas, las cuales fueron financiadas y armadas por un cártel...".
Y continuó asegurando que Hipólito Mora, fue “víctima de una estrategia perversa en la que el Estado Mexicano, que usó a los ciudadanos como carne de cañón. Es decir, cuando llegó (Alfredo) Castillo, a sabiendas de que estos grupos eran ilegales, los acogió, los protegió, los alentó a un estilo copiado de las fuerzas paramilitares colombianas”.
“Ese fue el modelo que usaron durante meses en Michoacán, auspiciadas, por cárteles y el gobierno federal; eso es un narco Estado. Eso sí es narco Estado, porque sabía quien las financiaba y aún así se aprovechó el gobierno federal, alentó a estos grupos, para combatir a otro grupa. Eso es paramilitarismo; no hay otra palabra. Entonces, se usó al pueblo de Michoacán, para combatir a grupos delictivos al margen de la ley y aplicar una justicia extrajudicial, fuera del Estado. Esa es una herida abierta en Michoacán y vamos a cerrarla. Hay que meterle ahora sí bien, para cerrarla completamente, pero hay que decir las cosas como son; como ocurrieron en su momento”, acusó.
Recordó que el propio Hiólito Mora denunció que las autodefensas fueron infiltradas por el crimen organizado y concluyó:
“Vuelvo al tema: gran parte de la Iglesia católica dice que hay que negociar con los grupos delictivos. Le dicen justicia transicional o no sé qué cosa, pero no, no, no, no, no, no. Por eso digo que (los sacerdotes) parecen voceros de las bandas de delincuentes”.