Acapulco, Guerrero.- Leopoldo González González, arzobispo metropolitano de Acapulco, lee un mensaje pastoral con motivo de la emergencia padecida por la ciudadanía costera tras el paso del huracán Otis:
"Es muy grande nuestro dolor tristeza y desconcierto por los estragos; sin embargo, nuestra esperanza es todavía más grande. Con el favor de Dios, juntos vamos a salir adelante. Cada uno somos manos de Dios, manos providentes suyas que quieren hacer sentir a cada uno de los hermanos necesitados de en derredor nuestro. Esto es muy valioso"
Según las cifras oficiales, el paso del huracán en la costa sur de Guerrero dejó cuantiosos daños. Veintisiete muertes reconocidas y 4 desaparecidos (aunque aún no hay datos transversales en toda la región. Más del 80% de las instalaciones recreativas y hospitalarias tienen afectaciones; seis tramos carreteros permanecen cerrados por caída de árboles, deslaves e inundaciones.
Los sensores sísmicos de la Placa de Cocos que alertan al sur y centro de México de los movimientos telúricos en la costa occiedental están dañados. Caso 60 torres de alta tensión están colapsadas y por ello la luz es escasa en la ciudad costera: hay más de 300 mil usuarios sin luz eléctrica.
El Aeropuerto Internacional de Acapulco sólo se ha habilitado para la llevada de auxilio humanitario pero todas las vías de acceso al aeropuerto permanecen bloqueadas.
"Insisto en que cada uno somos un bien para los demás. También y con mayor razón en los momentos de desgracia. Somos una bendición de Dios para los demás en estos momentos de desgracia".
Las autoridades federales ya han comenzado con el despliegue de los miembros de las Fuerzas Armadas para atender la emergencia y contener los saqueos en la región. Se han enviado más de 10 mil soldados y 11 mil 500 'servidores de la nación' que levantan un censo de necesidades en la ciudad portuaria. Finalmente, para reestablecer la luz y las vías de acceso, se han movilizado grúas, plantas de emergencia, torres de iluminación, helicópteros y autobuses para evacuar a los turistas que quedaron varados.