Ciudad de México.- Bajo el nombre ‘Abrazar al Señor para abrazar la esperanza’, el obispo de Xochimilco, Andrés Vargas Peña, publicó su carta pastoral dirigida especialmente a los sacerdotes y ministros ordenados de su diócesis en medio de la crisis por COVID-19: “Estoy atento de cada uno de ustedes los sacerdotes, y esta será mi prioridad, pues ocuparme por ustedes es ocuparme de los feligreses de nuestra Diócesis, ya que son ustedes quienes colaboran conmigo en el cuidado de todos ellos”.
Vargas Peña ofrece perspectivas en cuatro rubros concernientes al cuidado de los ministros: "Nuestra vida espiritual; Cuidado de nuestra salud: quien cuida su salud promueve realmente la vida; Nuestra pastoral en tiempos de pandemia y hacia el futuro; y la Administración y cuidado de los bienes de la Iglesia ante la crisis social y económica".
El obispo recuerda a sus sacerdotes: “En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Y es precisamente de eso de lo que quiero reflexionar con ustedes, pues ambos elementos son igualmente esenciales: cuidarnos y cuidar”.
“Quiero pensar con ustedes en voz alta sobre cuatro aspectos que me gustaría estuvieran en su proyecto de vida y en su cuidado pastoral en estos días de la parte más crítica de la pandemia en nuestra ciudad y en nuestra patria, que se prevé llegue al 30 de mayo del presente, pero que puede prorrogarse todavía más”.
En su Carta Pastoral, el obispo reflexiona sobre los cambios que ha traído la emergencia sanitaria respecto a la saturación de trabajo de los sacerdotes en la atención de sus comunidades particularmente con los servicios litúrgicos que se vivía antes de la epidemia: “Hoy que el distanciamiento social nos ha obligado a detener ese ritmo de trabajo, nos damos cuenta de que, si no tenemos eso, tristemente, nos quedamos con muy poco, y eso poco que nos queda, se hace casi nada con respecto a la enorme carga que el culto nos impone”.
Vargas Peña propone a los ministros a revisar qué aspectos de su vida pastoral y espiritual se han visto afectados por la pandemia; e invita a los sacerdotes a reforzar justo la espiritualidad sacerdotal, la participación en los divinos misterios, la meditación del Evangelio, la comunión eclesial y la vida ascética:
“La Iglesia, maestra de vida espiritual, siempre ha recomendado la ascesis como medio seguro de perfección cristiana. Conviene tenerla en cuenta, no sólo por el provecho personal que nos representa, también en solidaridad con muchos feligreses nuestros que la están pasando muy mal económicamente, situación que se ha agudizado como consecuencia de la pandemia. Ofrecer nuestras privaciones voluntarias, no sólo cubre la multitud de nuestros pecados, también mira a la solidaridad sincera con los pobres a quienes estamos llamados a socorrer incluso a costa de nuestro propio bienestar”.
La Carta Pastoral también aborda temas de cuidado de la salud, creatividad pastoral y los retos de la administración económica de los templos, los empleados y otros servicios; retos que -apunta Vargas Peña- deben atenderse con solidaridad, corresponsabilidad y empatía “con la confianza de que hemos de superar la crisis con nuevos aprendizajes y renovados bríos”.
CARTA PASTORAL del Obispo Andrés Vargas Peña: Abrazar al Señor para abrazar la esperanza