Autlán, Jalisco.- Javier Herrera Corona, sacerdote mexicano originario de Autlán con más de dos décadas en el servicio diplomático para la Santa Sede, será ordenado arzobispo el próximo 23 de abril para representar al Santo Padre en los países africanos de Gabón y el Congo como nuncio apostólico. En conferencia de prensa, Herrera confirmó que el cardenal secretario del Estado Vaticano, Pietro Parolín, viajará a México para presidir la ceremonia y el acto de consagración en el Seminario Diocesano de Autlán.
“Me siento honrado, agradecido y contento. En ningún momento -para nosotros como sacerdotes- la ordenación es considerada un derecho; es una Gracia que Dios nos da. Esta Gracia que Dios nos concede es inmerecida porque nos los concede no por nuestros méritos sino porque Jesús nos ha llamado. Así que, me ha sido concedido una Gracia especial, que se ve con grande glamour pero en realidad es simplemente un servicio, un ministerio".
Javier Herrera Corona es el tercer sacerdote mexicano en la historia que la Santa Sede le encomienda la representación diplomática del sumo pontífice ante algún Estado-nación e Iglesia local. También de la diócesis de Autlán (específicamente de El Grullo), Luis Robles Díaz (1938-2007) fue nuncio apostólico en Sudán, delegado apostólico para la Región del Mar Rojo; pro-nuncio en Uganda, nuncio en Cuba y fue vicepresidente para la Comisión Pontificia para América Latina de la Santa Sede; y, recientemente, Fermín Emilio Sosa Rodríguez (1968), originario de Izamal, Yucatán; consagrado arzobispo en 2021 por el mismo cardenal Parolín y actual nuncio en Papúa Nueva Guinea e Islas Solomon.
"He sido un llamado a un servicio al cual me siento indigno", explicó ante los medios Javier Herrera y aseguró que, por la función que ha realizado desde el 2000 en el servicio diplomático de la Santa Sede como oficial diplomático en Pakistán, Perú, Kenia, Gran Bretaña, Filipinas y Hong Kong, sabía que en algún punto sería requerido para un servicio de mayor responsabilidad: "Quien está en el camino, tarde o temprano llega a su destino... [pero] entiendes que el llamado no es a un privilegio, sino a una responsabilidad mayor".
Cuestionado sobre la seguridad y los protocolos previstos por las autoridades eclesiásticas y civiles para la recepción del cardenal secretario de Estado, Javier Herrera reconoció que "Lamentablemente, la violencia es una realidad en México; ha sido su carta de presentación en los últimos años. Cuando se oye hablar de México [en el extranjero] suele ser por las tragedias y las masacres y tragedias. Y hay que decir que [tal presentación] no es gracias a la prensa amarilla o tendenciosa, es una realidad que vivimos en México tristemente".
El dignatario mexicano explicó que, desde hace varios años, "México padece una grave transformación y una profunda crisis de valores". Aseguró que, cuando en una sociedad se expresa una crisis de valores comunitarios, se anteponen los intereses y seguridades personales por encima de los de los demás.
"México se baña de sangre y es un baño irracional. Los valores y principios que una vez nos distinguieron ahora no están... No quiero criticar a mi país, amo a mi país, pero creo que hay que proponer valores. [Por ejemplo], la música que propone México en estos días es decadente y eso llega a todos lados. Se idealiza la figura de un narco o de un caudillo que no tiene nada qué ofrecer, porque su vida es corta", dijo.
Herrera puntualizó que la ciudadanía debe "darle a México otra manera de pensar y de buscar soluciones a sus problemas" porque "la violencia no se va a resolver por la acción del gobierno, sino cuando los ciudadanos tomen acción".
Respecto a la seguridad de la visita del cardenal Secretario de Estado aseguró que el propio gobierno federal y el estado de Jalisco se coordinarán para asumir esta responsabilidad pues la presencia de Parolin equivale a la visita de un jefe de Estado.
Javier Herrera también adelantó parte de los desafíos a los que se enfrentará como nuncio en Gabón y el Congo: "Nunca he estado allí; mi experiencia ha sido en la costa opuesta del África... pero hay que destacar que África ha mantenido un crecimiento importante y firme de las comunidades cristianas en los últimos 50 años. Es un continente donde la Iglesia católica ha ido creciendo y consolidándose de manera significativa".
El próximo nuncio ejemplificó que cuando Juan Pablo II inició su pontificado en 1978, África tenía sólo 16 nunciaturas; pero, cuando murió en 2005, había ya 66: "Esto da a entender con números la importancia de este desarrollo en África. Se estima que el continente superará el billón de personas en 2050; este crecimiento lo convierte en un continente de gran futuro a nivel comercial sino el crecimiento de la Iglesia católica".
El Congo y Gabón son dos naciones ubicadas en la costa oeste africana, ambas tienen una tradición colonial común francesa pero son dos realidades diferentes:
La República del Congo (no confundir con la República Democrática del Congo) es una excolonia francesa cuya capital es Brazzaville. Alcanzó su independencia el 15 agosto de 1960; tiene una población cercana a 5.5 millones de personas, de las cuales 33.5% son católicos y 42% pertenecen a alguna denominación cristiana (evangélicos, bautistas, mormones, etcétera), el 14% son miembros de religiones no cristianas incluido el Islam y 11% dice no tener religión.
Este Congo-Brazaville tiene tres arquidiócesis y siete diócesis. La presencia de la Iglesia católica se remonta a 140 años en el pasado y apenas a medio siglo de Iglesia local a través de la Conferencia Episcopal Congolesa.
Por su parte, la República Gabonesa, o El Gabón, también es una excolonia francesa que alcanzó su independencia el 17 agosto de 1960. Su población es de 1.5 millón de habitantes, de los cuales el 60% son católicos. Tiene cuatro diócesis y la primera demarcación eclesiástica del Gabón fue erigida en 1842. Según Herrera, hay tres desafíos por atender en este país: la familia, la formación de sacerdotes y la pastoral juvenil: "África es una cultura diferente y prácticamente de reciente evangelización; por tanto, hay tradiciones y culturas familiares que en ocasiones pueden contrastar con el Evangelio y los principios cristianos respecto al matrimonio y otras dinámicas familiares", reconoce el ministro. El próximo 12 diciembre, Gabón celebrará 25 años de un acuerdo nacional con la Santa Sede.