Guadalajara, Jalisco.- El informativo de la Arquidiócesis de Guadalajara cuestionó la estrategia de seguridad federal y la narrativa de la Presidencia de la República respecto a la premisa ‘abrazos no balazos’ para alcanzar la paz y seguridad en el país. A través de su editorial, el Semanario Arquidiocesano de Guadalajara, informativo de la diócesis liderada por el cardenal Francisco Robles Ortega, asegura que el asesinato del juez Uriel Villegas y su esposa “vino a demostrar la errática ‘estrategia’ en la lucha contra la delincuencia organizada, muy organizada”.
“Pero, además, este hecho, como otros, vino a demostrar la indiferencia del Ejecutivo federal. No le interesa resolver el asunto ni encontrar otras alternativas… la ‘Cosa Nostra’ mexicana sigue en la mente apática del Mandatario”, escribe en el semanario que llega a las parroquias de Jalisco este domingo 28 de junio.
El editorial acusa que las preocupaciones del presidente López Obrador se enfocan en “multiplicar los apoyos sociales que, en realidad, no solucionan la pobreza en México, sino que son la fábrica permanentemente activa de votos para 2021 y 2024”.
Un crimen como el del juez Villegas, acusa el semanario, “vino a demostrar ignorancia e impotencia. No sabe cómo hacerlo, pero tampoco le importa buscar alguna forma eficaz para cambiar este destino cruel en nuestro país, el de vivir sometidos, innumerables ciudadanos y poblados, al ordenamiento de facto de los carteles. Peor aún, su ignorancia no se trata de una ignorancia supina (posibilidad de salir de ella, y con culpa propia si no lo hace), sino de no saber que no sabe, por lo tanto, de que no puede, en el hipotético caso de que quisiera”.
El semanario prosigue en su crítica al mandatario asegurando que el asesinato del juez demostró la terquedad, pasividad y conformismo del presidente de la República: “No está dispuesto a cambiar nada de lo que trae en su cabeza para combatir uno de los peores virus, el de la violencia. Supone que el modo en el que aborda su discurso al respecto es el único y el mejor modo, que por decir ‘abrazos y no balazos’ los delincuentes van a venir a entregarle el alma y a ponerse a su disposición… No se esfuerza por buscar otra solución al problema de la delincuencia organizada. Vino a demostrar su conformismo. Cree que así como están las cosas no están tan mal. Pudieran estar peor”.
“Decir ‘abrazos y no balazos’ es entregar el país al crimen y al caos… es entregarse de antemano a morir crucificado… ¿O acaso es un acuerdo con el mal endémico número uno que aqueja a México? ¿Son uno mismo, gobierno y delincuencia? Mientras siga esta estrategia seguirán muriendo inocentes y aquellos que defienden el poco orden que queda”.