Ciudad del Vaticano.- A un mes del inicio de acciones bélicas en la región eslava entre Rusia y Ucrania, el papa Francisco ha confirmado que el próximo viernes 25 de marzo presidirá una celebración penitencial en la que consagrará a estas dos naciones al Inmaculado Corazón de María.
El anuncio del acto tiene una especial relevancia para el mundo católico pues desde hace un siglo los pontífices han realizado en diferentes momentos esta solemne consagración pidiendo la conversión de Rusia de manera implícita. Los pontífices han realizado esta consagración 'por todo el mundo' incuyendo a Rusia o a 'los pueblos rusos'. La más reciente consagración fue presidida por el papa san Juan Pablo II en 1984, cuando consagró a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) a la Inmaculada Concepción. En aquel entonces, Ucrania formaba parte de las repúblicas soviéticas.
Fue el 2 de marzo pasado, a una semana del inicio de la guerra, cuando los obispos católicos de rito latino en Ucrania pidieron al papa Francisco que cosagrara públicamente a la nación ucraniania y a Rusia al Inmaculado Corazón de María:
"¡Padre Santo! En estas horas de dolor inconmeucraniano nsurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano, para que Su Santidad dedique nuestra patria y Rusia", escribieron al Papa.
El Episcopado de Ucrania solicitó "humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima", y rezaron a "la Madre de Dios, Reina de la Paz que acoja nuestra oración: ¡Regina pacis, ora pro nobis!".
El Papa se ha conmovido por la petición de los obispos y del pueblo ucraniano; por ello, el viernes 25 de marzo, desde la Basílica de San Pedro en el Vaticano, presidirá el acto penitencial y las preces de consagración a las 17: 00 horas; al mismo tiempo, unido espiritualmente desde el Santuario de la Virgen de Fátima (Portugal), el cardenal Konrad Krajewski, lismonero pontificio, realizará el mismo acto como legado pontificio.
El acto de consagración al Inmaculado Corazón de María es un muy sensible gesto que se remonta a las palabras que la Virgen de Fátima dio a los santos pastorcillos en su aparición en 1917, año del inicio de la revolución bolchevique y la consecuente erección del primer gobierno soviético: ‘Rusia se convertirá’ y ‘al final, mi Inmaculado Corazón triunfará".
Años más tarde, los mensajes de la Virgen de Fátima (y otros mensajes privados) fueron confiados directamente por sor Lucía (una de las pastorcillas videntes) al propio papa Juan Pablo II y aquella le confirmó que el acto de consagración correspondía a los deseos de la Madre de Dios.
Desde el inicio de las hostilidades, los obispos ucranianos han recordado este acto de consagración y han propuesto incluso una oración actualizada para ser rezada al final de cada misa y en privado: "Amada Reina y Madre Nuestra... Venimos con la plena confianza de que suplicamos misericordia y protección para nuestra Patria en este tiempo dramático de guerra... Ten piedad de los heridos y víctimas de los bombardeos, de los huérfanos y de las viudas, de todos aquellos que se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en lugares más seguros.... Que tu amor y tu cuidado aseguren la victoria del Reino de Dios, y que nuestra Ucrania y todas las naciones reconciliadas entre sí y con Dios, te bendigan y te glorifiquen", apuntan algunos fragmentos de la oración.