Ciudad de México.- Este 20 de noviembre, la Santa Sede ha informado la decisión del papa León XIV de aceptar la renuncia al gobieno pastoral de Zamora (Michoacán) del obispo Javier Navarro Rodríguez y nombrar como undécimo obispo de Zamora a Joel Ocampo Gorostieta, hasta ahora pastor en Ciudad Altamirano (Guerrero).
El obispo Navarro Rodríguez fungió como obispo auxiliar de Guadalajara (1992-1999), obispo de San Juan de los Lagos (1999-2007) y titular de la Diócesis de Zamora desde 2007; había presentado su renuncia canónica en octubre de 2024. Por su parte, Joel Ocampo Gorostieta (de 62 años) nació en Paso de Tierra Caliente, Tuzaltla; fue sacerdote de Tacámbaro, Michoacán; ordenado obispo para Ciudad Altamirano el 9 de julio del 2019 por el papa Francisco y ahora trasladado a la Diócesis de Zamora.
Ocampo Gorostieta tiene formación en Teología del Matrimonio y Familia por la Pontificia Universidad Lateranense en Roma; fue párroco, asesor diocesano, formador de Seminario y Vicario Episcopal de Pastoral en su diócesis de origen; como obispo ha sido responsable de la Dimensión Episcopal de la Pastoral del Trabajo desde 2021.
Como pastor del enclave de Tierra Caliente entre los estados de Michoacán, Guerrero y México en la diócesis de Ciudad Altamirano, Ocampo Gorostieta promovió la “Red de Familias Constructoras de paz” como un esfuerzo de la Iglesia y la comunidad para que la crisis de violencia en la región se abordara esencialmente desde el núcleo familiar: con la formación, la participación de los padres de familia y la cultura de paz dentro de los hogares para reconstruir el tejido social y evitar que los jóvenes sean cooptados por el crimen o el narcotráfico.
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Ocampo, quien perdió a tres familiares cercanos durante la pandemia de COVID-19, ha procurado expresar una pastoral de consuelo, cercanía, esperanza y solidaridad emocional a la región de Tierra Caliente; desde la aceptción y la resiliencia, el pastor se internará ahora en una experiencia pastoral nuevamente desafiante como la expresa su predecesor Javier Navarro:
"Hace unos días, en un pueblito que se llama Plan del Cerro, que pertenece a la parroquia y municipio de Cotija, Michoacán, todo el pueblo se vio desalojado sus siembras, sus frutos, su ganado. Sencillamente, la gente salió a buscar refugio con vecinos de la región... ¿Por qué? Porque un grupo criminal ya había definido a ese pueblo como un lugar estratégico para asentarse", relató.
Además, el ahora obispo emérito de Zamora compartió el riesgo que existe en los campos de la región por la presencia de minas antipersonales: "Alguno que tuvo que regresar [al pueblo que ya había abandonado] porque le faltó alguna pertenencia o algo que tenía que traer consigo, y en ese regreso fue desafortunado que en un lugar donde pisó estaba una mina y le explotó. Le provocó la pérdida de su brazo. Y en aquella soledad, con el ranchito vacío, a pesar de que buscó auxilio o alguien que lo llevara al hospital, murió después. Literalmente hay zonas de nuestro estado de Michoacán sembradas de minas en propiedades privadas como esta".
La Diócesis de Zamora, erigida en el contexto de la Reforma Republicana en México, cuenta con más de un millón y medio de habitantes de los cuales el 86% se declara católico; tiene 137 territorios parroquiales y más de 300 sacerdotes; así como un centenar de religiosos no presbíteros y más de medio millar de religiosas de vida apostólica y conventual.
Ante la noticia del recambio de obispo residencial y titular de Zamora, la Conferencia del Episcopado Mexicano agradeció el ministerio episcopal desempeñado por Javier Navarro y manifestaron su alegría y oración por esta Iglesia particular con su nuevo pastor Joel Ocampo.
251120-CEM-Nombramiento del Obispo de Zamora y aceptación de renuncia

