Kinsasa, Rep. Dem. del Congo.- En el inicio de su 40° viaje apostólico internacional (el tercero al continente africano), el papa Francisco ha abogado por la riqueza de los pueblos y su defensa en contra de la explotación extractivista. Durante su arribo a la República Democrática del Congo y en el encuentro con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático, el pontífice advirtió que “África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”.
En su primer mensaje en tierra congolesa Francisco pidió dejar de asfixiar al continente africano y apeló para que África sea sonrisa y esperanza del mundo para que tenga más peso y representación entre las naciones.
“No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África (…) Mucho he deseado estar aquí y por fin he venido para traerles la cercanía, el afecto y el consuelo de toda la Iglesia, y aprender de su ejemplo de paciencia, de valentía y de lucha”, dijo el pontífice en su primer discurso en Kinsasa.
A la población le reconoció sus esfuerzos permanentes: "Y mientras ustedes, congoleños, luchan por salvaguardar su dignidad y la integridad territorial frente a los deplorables intentos de fragmentar el país, vengo a encontrarme con ustedes, en nombre de Jesús, como peregrino de reconciliación y de paz".
Francisco se refirió al desarrollo paralizado y de las diversas formas de explotación no sólo en ese país, sino en general en el continente africano. Constata que “tras el colonialismo político, se ha desatado un colonialismo económico igualmente esclavizador”, y así, este país, “abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos”.
En ese sentido, se pronunció en invertir en la educación, por considerar que es fundamental, ya que es la vía hacia el futuro, el camino que hay que tomar para alcanzar la plena libertad del Congo y del continente africano.
“Es urgente invertir en ella para preparar sociedades que sólo se consolidarán si están bien instruidas, que serán autónomas sólo si son plenamente conscientes de sus potencialidades y capaces de desarrollarlas con responsabilidad y perseverancia. Sin embargo, muchos niños no van a la escuela; ¡cuántos, en lugar de recibir una educación digna, son explotados! Demasiados niños mueren, sometidos a un trabajo esclavizador en las minas. Que no se escatimen esfuerzos en denunciar la lacra del trabajo infantil y acabar con ella”, enfatizó.